Este 17 de abril se cumple un año de la muerte del destacado escritor colombiano, Gabriel García Márquez. El padre del realismo mágico y uno de los mejores representantes del 'Boom latinoamericano' falleció en la casa que tenía en México producto de una neumonía, y donde vivía hace algunos años.
El premio Nobel de Literatura (1982) creció junto a sus abuelos en Aracataca, donde absorvió parte del mundo que más tarde plasmó en sus obras.
"Tengo la impresión de que empecé a ser escritor cuando me di cuenta de que no servía para nada. Ahora, no sé si desgraciada o afortunadamente, creo que es una función subversiva ¿verdad? en el sentido de que no conozco ninguna buena literatura que sirva para exaltar valores establecidos", señaló entrevistado por el peruano Mario Vargas Llosa.
Fue así como su visión trascendió en toda su obra: 'Cien años de soledad', 'El otoño del patriarca', 'El amor en los tiempos del cólera', 'Crónica de una muerte anunciada', 'Relato de un náufrago' o 'El coronel no tiene quien le escriba', enumeró Europa Press.
Como parte de un mismo interés, exploró en el Periodismo. "Durante mucho tiempo creí que el periodismo me ayudaba en mi actividad literaria, pero en realidad todo dificulta al escritor, toda actividad secundaria. Yo no estoy de acuerdo con lo que se decía antes: que el escritor tenía que estar en la miseria para ser mejor escritor", explicó en alguna oportunidad.
SU MUERTE
Aquejado de cáncer en el 2000, los rumores del regreso de esa fatal enfermedad surgieron días antes de su muerte. Aunque fue negada por algunos, otros ya comentaban que el problema afectaba su pulmón e hígado. Después, la misma ministra de Salud del gobierno mexicano, Mercedes Juan López, aseguró que el autor había sufrido un "cuadro neumónico bastante severo".
Pocos días después y de regreso en su casa, se confirmaba la muerte de García Márquez.
Las reacciones tras su partida llegaron a todas partes del mundo. "Ha muerto un gran escritor cuyas obras dieron gran difusión y prestigio a la literatura de nuestra lengua", fueron las palabras del Nobel de Literatura peruano, Mario Vargas Llosa. "Pierde Colombia, pierde el mundo por el fallecimiento de Gabo (como se le conoce al Nobel). Sus obras salvaguardan su memoria. Acompañamos a su familia en este momento", escribió la delegación de paz en Cuba de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC.
"El mundo, y en particular los pueblos de Nuestra América, hemos perdido físicamente a un intelectual y escritor paradigmático. Los cubanos, a un gran amigo, entrañable y solidario", señaló el presidente de Cuba, Raúl Castro.
Junto a lamentar su partida, el cineatsa chileno Miguel Littin confesó que García Márquez "acababa de ver mi película La Tierra Prometida y le había gustado. Yo le pregunté por Cien Años de Soledad y me dijo que era una novela inadaptable. No quiero que pierda la magia en una película". Mientras, la novelista chilena Isabel Allende no tardó en señalar que el colombiano "era un maestro para todos", y que todos los autores latinoamericanos contemporáneos han "estado influidos por su obra".
Uno de sus amigos, el cantautor Silvio Rodríguez, recordó sus inolvidables momentos junto al artista. "Voy a conservarlo así, sonriente, gozando de la vida, a lo mejor en la voluta de una idea que la insondable alquimia de su talento dejará en una ínfima reseña", señaló en un emotivo mensaje.
Su muerte también hizo reaccionar al mercado. A un día de su fallecimiento, los libros del premio Nobel regresaron al ranking de los más vendidos. Cien años de soledad, su obra cumbre que inauguró el realismo mágico, encabezó la lista de bestsellers de Amazon y Barnes & Noble en EE.UU. En Chile, el título también se disparó al segundo lugar.
El artista fue cremado y sus cenizas se encuentran actualmente repartidas entre su natal Colombia y el país en el que vivió por medio siglo, México.