Después de que el banco de inversión Lehman Brothers se declaró en bancarrota en septiembre de 2008, marcando el inicio de la crisis financiera global, los principales bancos centrales recortaron las tasas de interés hasta sus mínimos históricos para estimular a sus respectivas economías. El primero en hacerlo fue la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el 16 de diciembre de ese año, acción que posteriormente fue emulada por sus pares en Reino Unido, Canadá, Dinamarca, Noruega, Australia y Nueva Zelandia. Los organismos de Suiza y Suecia fueron incluso un paso más allá, al llevar sus tipos referenciales a terreno negativo. A ocho años del colapso de Lehman, la Fed ha sido la única entidad que ha comenzado el proceso de ajuste, aunque de manera muy gradual, con un alza de apenas 25 puntos base en diciembre de 2015. El organismo liderado por Janet Yellen se reunirá hoy y mañana y, si bien el mercado no espera ningún movimiento, los inversionistas estarán atentos a cualquier señal que pueda entregar la autoridad sobre un posible nuevo incremento antes de que finalice el año (las próximas sesiones están programadas para inicios de noviembre y mediados de diciembre). Esta política monetaria ultra expansiva en las naciones industrializadas ha beneficiado a algunos y ha perjudicado a otros, tanto en estos países como en los mercados emergentes. Aquí presentamos un repaso de los activos que han ganado y los que han perdido en este ambiente de bajísimos costos de financiamiento.
Los grandes ganadores
Acciones: Cuando los bancos centrales reducen las tasas de interés, los bonos gubernamentales pierden atractivo, ya que su rentabilidad es menor. Por ello, los inversionistas tienen que salir a buscar rendimiento a otras categorías más riesgosas, como las acciones. Desde el 16 diciembre de 2008, el índice MSCI Mundial, que reúne a las mayores bolsas desarrolladas, se ha disparado casi 90%, con Wall Street anotando ganancias de hasta 248%.
Mercado inmobiliario: El sector que estuvo en el centro de la crisis subprime en Estados Unidos y que luego decantó en la crisis financiera global también se ha visto favorecido, ya que los bajos tipos a corto plazo inciden en las tasas a largo plazo, como las hipotecas, lo que hace más asequible adquirir un bien raíz. Los dueños de una propiedad también han recibido un impulso, ya que los menores costos de financiamiento elevan los valores de las viviendas.
Activos emergentes: La búsqueda de mayores retornos ha llevado a los inversionistas de mercados desarrollados a entrar de manera masiva a los mercados emergentes, que ofrecen mejores tasas de interés que el mundo industrializado. Esto se ha visto particularmente en el mercado de deuda, también conocido como renta fija, aunque parte del entusiasmo también se ha traspasado a la renta variable, es decir, a los índices bursátiles en desarrollo.
Emisores de deuda: Las bajísimas tasas de interés han permitido que los gobiernos y las empresas se endeuden en condiciones muy favorables. En julio de 2010, Chile emitió un bono a 10 años en dólares por US$ 1.000 millones y logró un interés de 3,88%, algo nunca antes visto. En el lado corporativo, Enap colocó a comienzos de agosto un título por US$ 700 millones con un retorno de 3,951%, un mínimo histórico para la firma.
Los grandes perdedores
Ahorrantes a corto plazo: Las tasas cercanas a cero o en algunos casos negativas, han forzado a los bancos a reducir el rendimiento que pagan por los depósitos a plazo. De hecho, el 19 de agosto se anunció que el británico RBS y su par alemán Postbank comenzarán a cobrar a sus clientes por los depósitos. Así, se suman a la cooperativa germana Raiffeisenbank Gmund am Tegernsee, que semanas antes había informado que aplicará un cargo de 0,4% a los clientes que tengan más de 100 mil euros.
Pensiones: Los ahorros a largo plazo, como las pensiones, también se han visto afectados por la menor rentabilidad a nivel mundial. Los fondos más golpeados han sido los que por regulación o por perfil de riesgo están más concentrados en renta fija, especialmente los de países con tasas de interés negativas, como Suiza. De acuerdo a la Ocde, "el actual ambiente de prolongadas bajas tasas de interés afecta tanto a los activos como las obligaciones de los fondos de pensiones".
Instituciones financieras: Los bajos costos de financiamiento han impactado negativamente el negocio de los bancos y de las aseguradoras. En el caso de los prestamistas, la situación es especialmente de cuidado, ya que diversas instituciones todavía tienen que lidiar con las secuelas de la crisis financiera. Además, si los bancos de un país tienen problemas, existe el riesgo de contagio no sólo a otros sistemas bancarios, sino a otros sectores de la economía.
Monedas desarrolladas: Generalmente, cuando un banco central decide recortar la tasa de interés, el mercado cambiario reacciona casi de inmediato con una depreciación de la moneda local. Eso fue lo que ocurrió con el dólar y la libra esterlina, tras las acciones de la Fed y el Banco de Inglaterra. Si bien la desvalorización de la divisa es negativa desde el punto de vista del inversionista, es positiva para la economía, ya que el sector exportador gana competitividad frente a sus rivales.