"Siempre pasa lo mismo con Garcés. Nos atajó todo cuando defendía a O'Higgins, en la final de 2013. Ahora en Colo Colo", decía un hincha cruzado que comenzaba a perder la paciencia ante la poca efectividad de los delanteros de la UC.
La vuelta de Paulo Garcés a San Carlos no pasó inadvertida. Al jugador formado en la precordillera no le perdonaron su paso por la U y tampoco su actual presente en el Cacique. Los fanáticos siguen recordando igualmente el error que cometió el meta con la camiseta cruzada ante Peñarol y que costó la eliminación en cuartos de final de la Copa Libertadores, en 2011.
"¡Garcés, vendido!", "¡Garcés, en San Carlos te dimos de comer!", fue el odioso recibimiento que buscó desconcentrar al portero. El Halcón intentó abstraerse del tenso ambiente. Realizó los trabajos precompetitivos en la cancha y antes del inicio, Julio Rodríguez, preparador de arqueros de Macul, lo abrazó y le dio un beso, en señal de plena confianza. El parralino rezó al comienzo de ambos tiempos. Todo servía para no fallar.
Garcés fue agarrando confianza. Si bien tuvo un despeje que generó las pifias locales y se mostró blando de reflejos en el 1-1, con el correr de los minutos se fue afirmando. Atajó un mano a mano a Fuenzalida en el primer tiempo y voló para retener un cabezazo angulado de Maripán en la segunda parte. No fue todo. Discutió con Castillo, y sus compañeros tuvieron que calmarlo.
En el otro pórtico, Cristopher Toselli no tuvo mayor participación del encuentro. Intentó ordenar constantemente a sus compañeros y en las anotaciones no tuvo responsabilidad.
Garcés y Toselli aprobaron. Cada uno en su área, dejando de lado la rivalidad que los enfrentó durante la temporada 2011, en la UC. Pero todos los silbidos se los llevó el visitante.