Además de un completo cambio de imagen, la toma de control de Gasco por parte del grupo Pérez Cruz ha incluido la incursión a nuevos negocios, en una empresa que hoy se autodefine como "de energía", es decir, más allá de su negocio principal.
Uno de las nuevas actividades que explora la compañía es desarrollar centrales eléctricas a gas de escala menor, para respaldar la producción de energías renovables como solar o eólica que por naturaleza son intermitentes. Ello, a través de la alianza firmada con Energía Latina (Enlasa) a fines del año pasado, en la que ambas son socios con el 50% del capital.
Según explicó el gerente general de la Gasco Glp, Julio Bertrand, otro foco será el desarrollo del gas licuado en el país, para lo cual están invirtiendo en un nuevo terminal de gas licuado en Caldera, que costará US$ 75 millones.
En tanto, el presidente de la compañía, Matías Pérez Cruz, realizó un discurso en el que, además de explicar las razones de su inversión en la compañía, manifestó su preocupación por el rumbo del país.
"El entorno para el desarrollo de la actividad empresarial se ha visto sumamente afectado producto de (...) una muy mala modificación al sistema tributario, a cambios desafortunados en la legislación laboral y a un diseño de políticas energéticas muy negativo para el fortalecimiento del sector", dijo el presidente de la mesa de la compañía.