El 44% del gasto total en salud de 2012 fue asumido por los chilenos en forma directa. Así lo muestra el reporte elaborado por el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y que descompone las cifras del sistema, considerando las áreas pública y privada.

Según este balance, en 2012 se destinaron $ 10 billones a costear todas las acciones sanitarias del período, lo que constituye un alza del 100% comparado con el año 2000, cuando se desembolsaron casi $ 5 billones en el sector.

"Chile es un país que, producto de su desarrollo, ha elevado explosivamente su gasto en salud y, al compararnos con los países de la Ocde, somos los segundos que más lo han aumentado", explica el ministro de Salud, Jaime Mañalich.

El desglose de los recursos destinados a salud en 2012 muestra que el gasto público financió el 56%, que se divide en un 31% aportado por vía fiscal y el 25% por la cotización obligatoria de los afiliados a los seguros de salud de isapre y Fonasa.

El desembolso privado, en tanto, llega al 44% del total y corresponde al aporte directo de las personas para costear prestaciones y coberturas. Este ítem se descompone, principalmente, en gasto de bolsillo, que alcanza a un 37% del total y corresponde a los montos que usaron en 2012 las familias para financiar copagos por consultas médicas, procedimientos quirúrgicos, exámenes y hospitalizaciones, además de la compra de medicamentos. En segundo lugar se ubica la cotización voluntaria, con el 6,8% restante, y que constituye el pago adicional que hacen las familias para mejorar su plan o adquirir un seguro extra.

CAMBIOS EN EL GASTO

Al comparar la estructura del gasto total en salud en los últimos 12 años, la participación público-privada arroja un cambio en la ecuación. Esto, pues en el 2000 el aporte fiscal (directo e indirecto) cubría un 46% del costo de las acciones sanitarias, es decir, 10 puntos porcentuales menos que en 2012.

Este aumento de los fondos estatales genera un desplazamiento del gasto privado, con una principal rebaja del gasto de bolsillo que, pese a crecer 55% en monto real, reduce a 37% su participación en el gasto total (ver tabla).

"Hoy, el gasto de bolsillo directo, que representa fragilidad, se ha bajado de 48,8% en el año 2000 a 37% en 2012. Pero de ese gasto, la mitad son fármacos. Los otros copagos han ido disminuyendo, especialmente por el Auge, pero la gente gasta cada vez más en medicamentos, y la Ley de Fármacos viene a hacerse cargo de eso", añade Mañalich.

Según el último informe de la Ocde, Chile es el país con el mayor gasto de bolsillo, junto con México y Corea. El reporte añade otro hito: el país apuntó el mayor aumento del gasto de medicamentos de la organización, con un alza del 12,1% entre 2009 y 2011. "Este crecimiento es escandaloso, y producto de la inflación en los precios de los fármacos y un descontrol por falta de ley", añadió el titular de Salud.

Por su parte, el director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, Héctor Sánchez, explica que el hecho de que la participación del gasto de bolsillo baje en el gasto total de salud es positivo, particularmente, por el mayor aporte estatal y los efectos de ello en el acceso de las personas a la salud y el mejoramiento de los servicios. "Desde la perspectiva de cualquier sistema de salud, la reducción del gasto privado es positiva, pero todavía es alto, porque estamos hablando de un 44%, y lo que recomiendan los organismos internacionales es asegurarse de que los sistemas de salud sean más equitativos. Cuando en Chile el aporte privado llegue al 30%, estaremos cercanos a esa recomendación", dijo Sánchez.