Un total de $ 924.310 millones -US$ 1.900 millones, aproximadamente- sumaron en 2012 los montos declarados como gastos rechazados a las empresas por parte del Servicio de Impuestos Internos (SII). De acuerdo con información del ente fiscalizador, esta cifra representa un incremento de 27% en relación con el año anterior y de 14% frente a 2010.

Los "gastos rechazados" corresponden a aquellos desembolsos realizados por contribuyentes que no son susceptibles de ser restados para la determinación de la utilidad a efectos del respectivo pago de impuestos. En 2012, los ingresos por impuestos a la renta superaron los US$ 19 mil millones.

El artículo 31 de la Ley de Impuesto a la Renta regula los requisitos que deben cumplir los gastos que realizan las empresas, con el objetivo de determinar si éstos son o no necesarios para producir la renta. En otras palabras, si están directamente vinculados al giro de la empresa. Cuando lo están, pueden ser restados de la base tributaria -imponible- del impuesto a la renta. De lo contrario, estarán afectos a una tributación específica. La legislación establece, por ejemplo, que no son gastos necesarios para constituir la renta aquellos asociados a los bienes que son utilizados por los propietarios de las empresas -inmuebles, automóviles- y remuneraciones pagadas al contribuyente o hijos de éste. Estos gastos rechazados están afectos a una tasa de 35% o al 10% adicional sobre el impuesto global complementario. La reforma tributaria de 2012 estableció que la determinación del gravamen dependerá de la posibilidad de atribuir a alguno de los propietarios de una empresa un beneficio por el gasto rechazado.

"El gasto rechazado puede entenderse como una multa, una sanción y, por tanto, las empresas tienden a suprimirlos o minimizarlos con planes eficientes", afirma Jorge Vargas, socio en consultoría tributaria de EY. Pese a ello, agrega que, "en muchas ocasiones, el gasto rechazado responde, más bien, a diferencia de criterios entre la empresa y el SII, ya que hay desembolsos que para un privado pueden ser absolutamente necesarios para producir la renta, pero que para el SII pueden no serlo. Eso es a veces difícil de comprobar, por lo tanto, se presta para bastante discrecionalidad", dice.

TIPOS DE CONTRIBUYENTES

Los datos del SII revelan que gran parte del gasto rechazado, cerca del 70%, corresponde a sociedades de responsabilidad limitada (sociedades de personas). Estas declararon gastos rechazados por $ 671 mil millones (US$ 1.382 millones) en 2012, seguidas por las sociedades anónimas cerradas ($ 218 mil millones), empresas individuales de responsabilidad limitada ($ 24 mil millones) y sociedades anónimas abiertas ($ 9.473 millones).

El economista Claudio Agostini sostiene que "las sociedades de responsabilidad limitada tienen, generalmente, más gastos rechazados, pues muchas de ellas son sociedades de profesionales o de inversión, donde los dueños frecuentemente usan los vehículos de la empresa o pagan remuneraciones a sus cónyuges o hijos".