Ian Harebottle está buscando una celebridad mundial que haga por las esmeraldas lo que hicieron Marilyn Monroe y Audrey Hepburn por los diamantes.
El máximo responsable ejecutivo de Gemfields, el mayor productor de las piedras verdes, dijo que quiere "una estrella de primer nivel para que sea la cara de las esmeraldas", imitando lo que hicieron las actrices en décadas pasadas para ayudar al entonces productor monopólico De Beers a vender diamantes como símbolos de amor eterno. Las gemas transparentes aún hoy se imponen en la industria de las piedras preciosas, que mueve US$21.000 millones.
Las esmeraldas, que son más raras pero más baratas que los diamantes, se están volviendo más populares entre los consumidores. Al ritmo de crecimiento actual, podrían llevarse más de un 20% de la cuota de mercado de su competidor en dos décadas, según la agrupación del sector The International Diamond.
"A veces la rareza no es un valor", dijo Harebottle en una entrevista. "Se necesitan volúmenes de oferta, que es lo que estamos haciendo".
La estrategia de Harebottle, desde comprar minas de rubíes y esmeraldas africanas a utilizar nombres emblemáticos, tiene el respaldo de Brian Gilbertson, ex máximo responsable ejecutivo de la minera más grande del mundo, BHP Billiton Ltd. Gilbertson preside un fondo de inversión que dio la licencia de la marca Fabergé a Gemfields de Londres y adquirió una participación mayoritaria en 2007.
Los precios de las esmeraldas de alta calidad aumentaron más de diez veces en los últimos tres años, superando el avance de 21% de los diamantes, según los cálculos basados en los datos de Gemfields y WWW International Diamond Consultants Ltd. Sin embargo, las piedras rojas, verdes y azules representan sólo el 10% de las ventas globales de gemas y carecen de un precio estándar.
BLANCO POCO COMUN
Un diamante redondo de 0,9 quilates que internamente no tiene fallas y es de un color blanco poco común costaría US$7.000, según el minorista online Blue Nile. Una esmeralda redonda de "excelente claridad" y el mismo tamaño costaría US$3.500, según Africa Gems, minorista online de las piedras.
El valor de mercado de Gemfields aumentó a unos 140 millones de libras (US$225 millones) este año al subir los precios de su producción de Zambia. Es allí donde posee el 75% de la mina de esmeraldas de Kagem, la mayor del mundo. También tiene el 75% del yacimiento de rubíes de Montepuez en Mozambique. El mayor inversionista es la filial Rox de Pallinghurst Resources Ltd., fondo con sede en Guernsey, Reino Unido, que invierte en recursos naturales y cuyo presidente es Gilbertson. Rox es dueña del 63% de Gemfields.
La compañía no tiene la robustez del modelo siglo XX de De Beers, en el cual una sola firma extraía comercializaba y en gran medida controlaba los precios mayoristas. Las piedras de colores son una industria fragmentada abastecida por mineros particulares – a veces padres e hijos- que se extiende a lo largo de diez países. Pero, al mismo tiempo, se ha visto favorecida por el hecho de que la cantante y diseñadora de ropa Jessica Simpson, la actriz Halle Berry y la Duquesa de Cambridge recibieron anillos de compromiso que tenían piedras de colores.