Según cifras entregadas por el director nacional de Gendarmería, Luis Masferrer, uno de cada 10 funcionarios de la institución se encuentra con licencia médica, y las principales causas serían problemas psicológicos.

Estos números se explicarían por la baja dotación de personal, la tensión del trabajo carcelario y los extensos turnos, problemas que han llevado a que diariamente el 10 por ciento de los trabajadores presente licencia médica.

En este contexto, el presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales de Gendarmeria (Ansog), Juan Marechal aseveró que "el tema de las licencias médicas se viene arrastrando hace muchos años", situación que a juicio del uniformado se debería a que "el Estado no ha tomado los resguardos necesarios para la institución, no han sido capaces de poder recuperar la institución del déficit de personal que existe".

Lo anterior sumado a los altos índices de delincuencia y el aumento progresivo de la población penal "genera un cuadro bastante complicado en las cárceles chilenas".

"La escasez de personal -que se arrastra desde hace muchos años- y por otro lado un aumento explosivo de la población penal, trae como consecuencia el aumento de las horas de los turnos para poder cubrir la necesidad que tienen las diferentes unidades", explicó.

A ello se debe agregar el factor del "hacinamiento" en los recintos penales, el que aseguró llega a un "300 por ciento" en promedio en todo Chile.

Todo esto, según manifestó, más la falta de estructura "genera en el personal de Gendarmería un alto grado de estrés, lo que ha acarreado consecuencias muy graves para la institución".

Dichas consecuencias se relacionan con el suicidio de dos uniformados en menos de dos meses, en Arica y Tocopilla, y un aumento de los "intentos de suicidio" los que en 18 meses bordean la veintena.

Según Marechal, esto se debe a que "mucho personal se encuentra fuera de su lugar de origen y sometidos a una situación laboral altamente estresante, en donde no solamente estamos a cargo de cuidar la población penal, sino que estamos supeditados a un mando jerarquizado, disciplinado, donde siempre prima la necesidad del servicio y por eso los funcionarios tienen que cubrir los turnos que sean necesarios para mantener la seguridad".

A juicio del trabajador, una solución sería que el Gobierno "agilice" la tramitación de una ley que dotaría de más personal a la institución.

En este sentido apuntó que "en enero de este año se aprobó la Ley 20.426 y hemos estado durante todo el año haciendo gestiones para que se haga efectiva, porque de ser así, aumentaría la dotación de personal".

Sin embargo cuestionó que "por algún u otro motivo esta ley se ha ido atrasando y si no se aprueba no podremos ingresar nuevo contingente para Gendarmería. Ese detalle nos tiene muy complicados y estamos haciendo todas las gestiones en Contraloría y con el Gobierno, para que esto salga dentro de este año".