El nuevo presidente de General Motors (GM) Europa, Nick Reilly, garantizó hoy en una visita a la ciudad alemana de Düsseldorf que no se cerrará la planta de Opel en la ciudad de Bochum, en el oeste alemán.
Bochum seguirá siendo a largo plazo una de las fábricas importantes de GM en Europa, dijo Reilly tras mantener un encuentro con Jürgen Rüttgers, jefe de gobierno del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, en el que se ubica la ciudad de Bochum.
Reilly evitó dar detalles sobre el plan de reestructuración de Opel que el grupo de Detroit pretende dar a conocer el miércoles, pero subrayó que el grupo pretende eliminar entre 9.000 y 9.500 empleos en Europa y reducir las capacidades entre un 20% y un 25%.
Según informaciones publicadas hoy por el diario alemán "Süddeutsche Zeitung", GM pretende pagar hoy la última cuota del crédito puente de 1.500 millones de euros (US$2.200 millones) que le otorgó el Estado alemán para permitir la supervivencia de Opel.
Con ese pago puede disolverse ya la sociedad fiduciaria creada hace medio año para gestionar la automotriz alemana Opel hasta que concluyese su venta.
Después de que GM decidiera dar marcha atrás a la venta parcial de Opel al fabricante austriaco-canadiense de componentes automovilísticos Magna y a su socio ruso, el banco Sberbank, la sociedad fiduciaria, encargada sobre todo de vigilar las negociaciones con los posibles inversores, se quedaba sin tarea.
Reilly se reunirá también hoy con el jefe de gobierno del estado federado de Renania-Palatinado, Kurt Beck. El miércoles mantendrá encuentros con los jefes de gobierno de los otros dos estados federados alemanes en los que se ubican las plantas de Opel: Turingia y Hesse.