Al salir de la protección por quiebra, General Motors Corp. se verá obligada a depender de socios en Alemania, China, Corea del Sur y Rusia para realizar alrededor de la mitad de sus ventas.

Al distanciar a GM del control central promovido por Alfred P. Sloan Jr. en los años veinte, el responsable ejecutivo Fritz Henderson tendrá que vincular el futuro de la compañía a alianzas con empresas como SAIC Motor Corp., GM Daewoo Auto & Technology Co. y postores interesados en su división europea Opel encabezados por Magna International Inc. de Canadá.

La diplomacia, no los dictados de la sede central, se vuelve crucial para el mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos, dijo Nick Reilly, director de operaciones para la región de Asia Pacífico que previamente dirigió la alianza GM Daewoo en Corea del Sur.

"Es un cambio cultural, no hay duda de ello", dijo Reilly. "El negocio tiene que manejarse de la manera que se acoge una sociedad. Este es un enfoque totalmente distinto, y no le resulta muy cómodo a quienes están acostumbrados a tener el 100 por ciento del control de todo".

Henderson tendrá que hacer frente a nuevos retos al tiempo que GM deja de ser una empresa automovilística que fabrica la mayoría de sus propios vehículos. El viejo modelo de negocios no pudo evitar una declaración de quiebra el 1º de junio, ni US$88.000 millones en pérdidas desde 2004.

Las alianzas crean el riesgo de que uno de los socios opte por retirarse, lo que haría un hoyo en la cartera de GM, con sede en Detroit, dijo James Womack, presidente del Lean Enterprise Institute, de Cambridge, Massachusetts.

POSICION DEBILITADA
"GM está ahora en una posición debilitada, lo que vuelve a estas relaciones más problemáticas", dijo Womack, coautor del libro "The Machine That Changed the World" (La máquina que cambió el mundo), sobre el sistema de producción de Toyota Motor Corp.

Con solo un puñado de dueños tras salir de la quiebra en lugar de miles de inversores individuales, GM tendrá que funcionar más como una alianza. Estados Unidos tendrá un 61 por ciento del capital, el gobierno de Canadá un 11,7 por ciento, un fondo de jubilados sindicalizados poseerá el 17,5 por ciento y los acreedores el resto.

Si GM no se adapta, está condenada a seguir cayendo, dijo Womack.

"Ahora que no son todopoderosos, necesitarán proceder con cierta humildad y mayor sofisticación", agregó.

NUEVA ERA
Las ventas del primer trimestre ofrecieron un vistazo de la nueva era de GM. Alrededor del 25% de ellas se realizó en Europa, principalmente por Opel. Junto con Asia, que tuvo un 27%, el 52% de las entregas de GM se dirigieron a regiones que ya están dominadas o que estarán dominadas en un futuro por alianzas.

GM propone mantener una participación del 35% en Opel, con sede en Russelsheim, Alemania. El fabricante de automóviles está contrayéndose en su mercado nacional también: ha recortado cuatro de ocho marcas estadounidenses y está cerrando fábricas. El juez federal de quiebras Robert Gerber en Nueva York aprobó el 5 de julio un plan para vender la mayoría de los activos a un comprador financiado por el Tesoro de Estados Unidos. La empresa podría salir del capítulo 11 de la ley de quiebras esta semana.