Más de 14 mil soldados participaron este domingo, a lo largo del país, en el tradicional Juramento a la Bandera. En Santiago, la actividad, que recuerda a 77 mártires del Ejército que murieron en el Combate de La Concepción de julio de 1882, conmemoró los 200 años de la bandera nacional, que rige desde 1817.
En la ceremonia estuvieron presentes la Presidenta Michelle Bachelet; el ministro de Defensa, José Antonio Gómez, y el comandante en jefe del Ejército, general Humberto Oviedo.
En su discurso, y sin aludir directamente a casos de violación a los derechos humanos, Oviedo recordó que a lo largo de la historia "los actores militares de menor graduación, dentro de los que están subtenientes, cabos y soldados conscriptos, han tenido que obedecer y cumplir órdenes de sus superiores, pero que dadas las circunstancias que siempre contextualizan las decisiones y sobre todo, las más extremas a que se puede enfrentar todo ser humano, se vieron impedidos de objetarlas o representarlas y que incluso, habiéndolo hecho, fueron obligados a cumplirlas".
"Hoy, esas actuaciones son observadas exclusivamente desde el prisma de nuestro tiempo, sin analizar ni considerar la situación concreta ni el contexto histórico y político en que tuvieron lugar", agregó Oviedo.
Tras la ceremonia, el ministro Gómez dijo que "hay situaciones que son muy difíciles. Uno tendría que vivir la época, las condiciones. Probablemente, las personas que en algún acto cometieron estos ilícitos (de lesa humanidad) también peligraba la vida de ellos. No es un tema de comprensión".
En esta línea, el titular de Defensa aseguró que "en las condiciones de la época, es probable que muchos conscriptos o personal de baja graduación tiene que haber cumplido una orden a pesar de estar en contra de ella. Por lo tanto, es un elemento que existe hoy en la jurisprudencia, y por eso, es una forma de representar que existe gente que probablemente cometió actos de esa naturaleza (violaciones a los derechos humanos), pero por órdenes superiores".