Genio y locura: historia de músico callejero inspira filme
La próxima semana se estrena El solista, película acerca de un chelista que tras sufrir trastornos mentales dejó la escuela de Juilliard y terminó ganándose la vida como músico ambulante.
Después de cuatro años trabajando en el periódico Los Angeles Times, las noticias ya no estaban precisamente a la vuelta de la esquina para el periodista Steve López. En una de estas malas rachas, un paseo a Pershing Square le entregó la historia que lo haría famoso: desde un rincón de este parque escuchó una bella melodía de Beethoven. El hombre que interpretaba un destartalado violín de apenas dos cuerdas era un vagabundo negro que diariamente recorría las calles del centro de Los Angeles.
Esta historia (posteriormente serializada en varias columnas de López para Los Angeles Times) es la inspiración de la película El solista, de Joe Wright, conocido por sus filmes Orgullo y prejuicio (2005) y Expiación (2007). La cinta se estrena la próxima semana en el país y ha sido elogiada por las caracterizaciones de Robert Downey Jr. como el reportero Steve López y Jamie Foxx (ganador de un Oscar por Ray) como el músico Nathaniel Ayers.
Dependiendo del personaje que se prefiera, El solista puede inscribirse en la vieja categoría de películas sobre periodistas (La mujer del año, Ausencia de malicia) o en la de los pacientes psiquiátricos (Atrapado sin salida, Claroscuro). A la hora de las reseñas postivas, The New Yorker recalca: "No se sabe si la historia de un buen periodista o la música de Beethoven puede redimir a una ciudad tan sucia como Los Angeles, pero esta cinta tiene la gran virtud de hacer tomar partido por aquel sueño".
El caso de Ayers no sólo le sirvió a López como un impulso a su trastabillante carrera periodística, sino que además motivó varios reportajes en la televisión estadounidense, incluyendo un capítulo del popular espacio 60 minutes. Ayers empezó tocando el contrabajo y, gracias a una beca, estudió chelo en la prestigiosa escuela de Juilliard, donde fue aventajado alumno y compañero del luego famoso Yo-Yo Ma. Al tercer año comenzó a sufrir trastornos y, tras diagnosticársele esquizofrenia, fue sometido al látigo del electroshock.
Durante muchos años, Ayers permaneció en el limbo, tocando algunos días al año, encerrado en instituciones. Fue a principios del 2000, ya con más de 50 años, que llegó a Los Angeles en busca de su padre, que lo abandonó de pequeño.
Acostumbrado a vagabundear con un carro de supermercado, Ayers se refugió en el fiero barrio de Skid Row. Fue aquí donde López dio con este hombre que en su vida callejera prefería el violín al chelo, por ser un instrumento fácil de transportar. Eso sí, usaba violines semidestrozados, recogidos de cualquier parte. La cinta muestra el camino de ascenso de Ayers, siempre de la mano de López, que busca sacarlo de su nube mental y encontrarle un escenario digno donde presentarse.
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