La Copa Libertadores es prioridad en Universidad Católica. Por eso, Mario Salas decidió guardar a algunos de sus titulares habituales en el partido frente a Antofagasta (4-1). Uno de ellos fue Germán Lanaro. El central fue de los puntos altos del equipo cruzado en el 2-2 frente a Paranaense. Gran mérito de uno que suele ser de los más cuestionados del once habitual. Un desgarro en su pierna izquierda lo tuvo parado y, al volver, fue inmediatamente titular en dos partidos de alta intensidad (Colo Colo y Paranaense).
"Estuve parado 20 días y jugué dos partidos en cuatro días. El cuerpo te pasa factura", confiesa al argentino tras presenciar la goleada de sus compañeros a Antofagasta en San Carlos.
Pasó al camarín a felicitar a los que jugaron y, tras ello, fue el primero en irse del recinto precordillerano. Sin antes analizar el alza del equipo: "Arrancamos muy bien. En el segundo tiempo aflojamos un poquito con el gol de ellos, pero se terminó bien. Encontramos lo que veníamos buscando: el juego y los tres puntos. Es lo necesario para hacer un buen torneo. Antofagasta es un rival muy complicado y venían goleando. Llegamos con la cabeza en alto para el miércoles". Las declaraciones de Lanaro demuestran cuál es el objetivo prioritario en la UC.
Al entrar al tema Libertadores, su expresión cambia. Se le ve más concentrado y serio. Al hablarle del Flamengo, la respuesta no le requiere mayor reflexión. Es inmediata, como si fuera el tema principal en su cabeza. "Vimos el partido del otro día con San Lorenzo. La verdad que juegan muy bien. Tiene jugadores de mucha jerarquía, hay que estar atentos. De local tenemos que hacernos fuertes en un torneo internacional tan duro. Hay que hacer valer el punto que sacamos de visitante", reflexiona Lanaro.
El defensa prosigue su extenso análisis proyectando la fase de grupos: "Tenemos dos partidos seguidos de local y hay que ganarlos sí o sí para ir más tranquilos a buscar puntos afuera. Sería lo ideal. Obviamente va a ser complicado".
Para muchos, Universidad Católica, por ser bicampeón, tiene la responsabilidad de reivindicar al fútbol chileno en el plano internacional. Lanaro prefiere desprenderse de los errores ajenos: "Tratamos de no generalizar. Cada uno tiene sus problemas y ve cómo se hace cargo de ellos. Nosotros teníamos uno grande, pero ya pudimos revertir esa racha. Ahora vamos por hacer un buen torneo internacional, que no hemos podido hacerlo en años".
En lo personal, sabe que frente a Flamengo tendrá un desafío importante: anular a Paolo Guerrero. Y, para intentar hacerlo, no tendrá al suspendido Guillermo Maripán, su compañero más habitual en la zaga estudiantil. Aunque Cruzados apeló a la sanción, el trasandino la asume con cierta resignación: "Es un gran desafío ponerse a la altura de esos jugadores. Ojalá que demos la talla. Maripán es una ausencia tan importante como lo sería cualquier otra. Guille venía haciendo un gran torneo, al igual que el año pasado. Trataremos de que no se sienta la ausencia. Ojalá vuelva jugando como él sabe".
Al hablar sobre los suspendidos en Católica, el caso Mario Salas destaca. El Comandante ha sido expulsado siete veces en dos años, más que cualquiera de sus jugadores. Sorpresivamente, Lanaro se lo toma con humor. Sonriente, confidencia: "El profe es así, más allá de que digamos que lo va a mejorar. Él ha dicho varias veces que va a tratar de manejarlo, pero con las pulsaciones de un partido es muy difícil. Pero ya lo conocemos y lo aceptamos de esa forma". Sobre lo mismo, agrega: "Mario está siempre con nosotros, solamente que hoy (sábado) no estaba en la banca. Es la cabeza de este grupo y lo necesitamos. Pero en la semana sigue siendo todo igual. Las charlas técnicas las da él. No cambia mucho. Hay que estar tranquilos, ya lo tendremos de vuelta".
Reflexiones que llegan después de la primera semana positiva que los cruzados tienen en todo el 2017. "Necesitábamos un punto de inflexión. No podíamos demostrar lo bueno que veníamos haciendo y no ganar te quita confianza. El otro día arrancamos abajo y la forma de encarar eso estuvo muy bien. No es fácil levantar un partido de visitante en Brasil. Nos propusimos que ése fuera un punto de inflexión para empezar a hacer las cosas bien en el torneo nacional también".
Por ahora, la meta que expone Lanaro se cumple. Pero los precordilleranos deberán reafirmarla el miércoles contra Flamengo. Ahí, el argentino tendrá la misión de frenar a una delantera que lleva nueve goles anotados en sus últimos dos partidos.