El sábado, Colo Colo caía en el segundo duelo de la serie de semifinales de la Liga Nacional de Básquetbol frente a Universidad de Concepción. En las gradas de la Casa del Deporte penquista, los hinchas albos se transformaban en los protagonistas: detonaron bombas de estruendo, agredieron a aficionados locales y arrojaron elementos contundentes a la cancha. También ingresaron bombos y lienzos.
El básquetbol no está contemplado en la ley sobre violencia en los estadios, que se aplica estrictamente para espectáculos de fútbol profesional. Por consiguiente, en sus encuentros tampoco opera el plan Estadio Seguro, que también se aplica exclusivamente en el balompié rentado. El control de los espectáculos se circunscribe a los requisitos que establece la Liga Nacional a sus afiliados y a las exigencias de las respectivas intendencias.
En el Parlamento tomaron nota de los disturbios que se produjeron en el sur. Jaime Pilowsky, presidente de la Comisión de Deportes y Recreación de la Cámara de Diputados y uno de los redactores de las modificaciones a la ley 19.327, explica a La Tercera: "Esperamos que se trate de hechos aislados y que los asistentes cumplan con un comportamiento adecuado. En resumen, que no llevemos la violencia del fútbol a otros deportes". Sin embargo, el problema no es inusual en el baloncesto. En los gimnasios sureños suelen caer proyectiles y escupitajos sobre los jugadores y técnicos sin que los responsables reciban castigo. A comienzos de mes, ABA Ancud recibió castigo por las agresiones en contra del alero del Campanil Dallas Green, quien, junto a Mauricio Cisternas, fue sancionado por provocar a los hinchas isleños.
Una de las opciones que se barajan a nivel político es fortalecer el proyecto de ley que promueve la Subsecretaría de Prevención del Delito, dependiente del Ministerio del Interior, que alude a los espectáculos públicos masivos y que podría considerar a los deportes menos populares. "Debe establecer requisitos para los recintos, responsabilidades de los organizadores, derechos y deberes de los asistentes, sanciones para los incumplimientos y la debida coordinación de los diversos órganos competentes, como Carabineros", añade Pilowsky.
Mientras, Tucapel Jiménez, integrante de la misma comisión y quien también participa en el proyecto ligado al balompié, agrega que "es el momento de revisar la posibilidad de incluir otras disciplinas en la ley de violencia en los estadios".
La liga, en alerta
En la LNB también están inquietos. "El básquetbol es un deporte familiar. Debemos cuidar el producto que hemos construido en estos cuatro años. Hemos pasado a tener un torneo de nivel internacional. No podemos arriesgar eso", dice su presidente, Francisco Martínez.
En tal sentido, coincide con los legisladores en que la responsabilidad es de los organizadores. "Generalmente, pedimos que Carabineros esté en los gimnasios, pero tampoco podemos exigirlo. El resguardo deben ejercerlo los clubes. Si 20 personas ebrias entran a un gimnasio, la responsabilidad es del organizador. Si entran, hay que sacarlos. Si no, no se puede jugar", dice.
Los albos aumentarán la cantidad de guardias y pedirán refuerzo de Carabineros para los duelos ante el Campanil en Maipú.