Con una tijera, Giorgio Armani saca el relleno de una chaqueta. Con enérgicos toques termina con las hombreras y corte a corte con todo el interior. Este acto radical de reducción, que se ve en un documental sobre su vida, simboliza una de las mayores revoluciones en la historia de la moda.
Con su concentración en lo esencial, Giorgio Armani creó una forma totalmente nueva de entender la vestimenta. Este sábado el diseñador milanés cumple 75 años, y los expertos lo sitúan en un mismo escalón con grandes como Coco Chanel o Yves Saint Laurent.
COMIENZOS
Giorgio Armani nació el 11 de julio de 1934 en Piacenza. Su padre trabajaba en una empresa de transportes y su madre era ama de casa. Sólo el abuelo, fabricante de pelucas, tenía un empleo creativo en un sentido amplio. Pese a los escasos medios, la familia prestaba mucha atención a la buena presencia.
"A mi madre le gustaban los colores opacos, los vestidos sencillos y las chaquetas masculinas. Rechazaba todo lo recargado", recuerda sobre su niñez el diseñador, casi como un análisis de sus propias colecciones, y deja ver de dónde proceden las raíces de su estética.
Después de la Segunda Guerra Mundial la familia se mudó a Milán y Armani comenzó a estudiar medicina. Luego lo dejó y se convirtió, más bien por casualidad, en decorador de vitrinas en la casa de modas La Rinascente, donde más tarde llegó a ser vendedor.
DISEÑO
El paso al diseño lo dio en 1964, cuando creó durante seis años moda masculina en Nino Cerruti de forma autodidacta, pues nunca aprendió el oficio. "Estoy seguro de que si hubiese tenido una formación clásica como sastre nunca me hubiese atrevido a romper tantas reglas", dijo alguna vez.
Otra causa de su éxito fue su asociación con Sergio Galeotti, que lo animó a hacerse independiente y que se ocupó de las cuestiones financieras de la empresa hasta su muerte en 1985.
Ambos fundaron el 24 de julio de 1975 la firma de moda Giorgio Armani S.p.A., con un pequeño presupuesto y un solo empleado. "Los trajes de aquella época parecían un poco como armaduras con sus rellenos tiesos. Todos parecían iguales. Pero yo quería que se subrayara la individualidad del hombre, que la tela abrazara su cuerpo", señaló Armani.
Por eso, la chaqueta "deconstruida" fue su marca y el símbolo de una imagen sencilla y pese a ello con estilo.
GIORGIO ARMANI
De forma paralela también vistió a las mujeres. No fue el primero en hacer trajes para ellas, pero en sus modelos parecía que la prenda hubiese sido creada para las ellas. En general en la moda Armani se diluyen los elementos femeninos y masculinos.
El modisto crea para ambos sexos ropa de una elegancia sencilla y colores sobrios como gris o azul oscuro. Ya a fines de los años 70 mostraba un purismo seguido más tarde por otros diseñadores como Helmut Lang y Jil Sander.
La sencillez de su moda para todos los días contrasta con sus túnicas brillantes y glamourosas para la noche. Pronto se convirtió en el favorito de las estrellas. En 1992 la revista estadounidense "Womens Wear Daily" se preguntaba: "¿Podría existir la gala de los Oscar sin Giorgio Armani?
HERENCIA
Y precisamente eso lanza la pregunta sobre su herencia. El ya tiene 75 años y dirige un imperio de ingresos millonarios que vende en todo el mundo moda, cosméticos, muebles y otros accesorios. Y trabajan en la empresa un miles de personas.
Hace poco, rumores sobre una grave enfermedad del modisto causaron una crisis en el sector. Por eso él se apresuró a aclarar que sufre hepatitis, pero que se encuentra recuperándose.
¿Salida a Bolsa? ¿Venta? Armani no revela cuál será el futuro. Una posibilidad es que tomen el mando sus dos sobrinas ya empleadas en la compañía, Roberta y Silvana. Muchas empresas de moda italianas apuestan por la sucesión familiar.
Pero la cuestión es si ambas mujeres están cualificadas para el puesto. Aunque por otra parte, hace años un jefe de una casa de modas milanesa le dijo a un joven empleado que siempre sería "un buen hombre de segunda fila". Y el nombre de ese empleado así calificado era Giorgio Armani.