Giratorio: un restaurante siempre en movimiento
El local abrió en 1981, el mismo año que la Torre Santa María. El giro en 360 grados se produce gracias a tres motores eléctricos, ubicados bajo el piso del recinto.

Francisco Argote lleva 32 años reparando el motor del restaurante Giratorio, en el piso 18 de Av. 11 de Septiembre 2250, entre Suecia y Lyon. El sistema funciona con 265 ruedas y tres motores eléctricos, ubicados bajo el piso. El motor fue traído desde EE.UU. en 1980, costó dos millones de dólares y demoró un año en ser instalado.
"El giro en 360 grados puede demorar entre dos horas y media y 22 minutos, según se regule la velocidad", explica Argote.
El restaurante fue inaugurado el 29 de agosto de 1981, el mismo año que la Torre Santa María. La apertura llenó páginas de los diarios por lo novedoso que resultaba para la época. Causó curiosidad entre los santiaguinos y los primeros meses hubo filas para entrar.
Argote incluso fue capacitado por una empresa estadounidense y es el único que sabe reparar el engranaje. Al motor se entra por el piso del restaurante, donde se ubica una escotilla a la que ingresa este mecánico dos veces al año, para hacer una rigurosa mantención. Un tablero electrónico controla el sentido de giro y la velocidad con la que avanza el comedor móvil, único en Sudamérica cuando fue creado.
"Fue un trabajo muy duro, sobre todo la instalación del motor, que duró un año completo", cuenta Michelangelo Solari, socio fundador y actual gerente general del restaurante, que pertenece a siete personas, todos familiares.
"Los garzones tuvieron que aprender a ubicarse dentro del local, porque cuando ingresaban a la cocina por un rato y volvían a salir, la mesa estaba en otro lugar. Es gracioso", agrega Solari.
Una hora y 25 minutos. Eso es lo que demora, en promedio, el restaurante en dar una vuelta. En el trayecto, todo Santiago se rinde a sus pies. Se ve el Costanera Center, la Torre Santa María e incluso, el boom inmobiliario de la comuna de San Miguel. Es un lento viaje mientras se disfruta de un plato de comida.
Casi 32 años después de la apertura, turistas y ejecutivos continúan visitando el local, para disfrutar de almuerzos que varían entre los 10 y 25 mil pesos.
"No hay lugares que tengan una vista como esta. Si bien se han construido edificios en frente, aún conserva una de las panorámicas más completas de la capital. Incluso, cuando se inaugure el mirador del Costanera Center no tendrá una vista en 360 grados", remata Michelangelo Solari.
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