Mientras General Motors Corp. se prepara para vender sus mejores activos a una nueva entidad reformada, lo peor de lo que posee será subastado en un tribunal de quiebras, incluso fábricas contaminadas, aparcamientos en Flint, Michigan, y un campo de golf de nueve hoyos en Nueva Jersey.
Una propiedad que el fabricante de automóviles venderá es una fundición en Massena, Nueva York, que al este colinda con la reserva de indios mohicanos St. Regis y al norte con el río St. Lawrence. Construida para fabricar cabezales de aluminio para el Corvair de Chevrolet en los años cincuenta, generó residuos de PCB y desechos de fluidos hidráulicos.
"GM descargó residuos peligrosos en las márgenes del río, que se filtraron en el agua y la tierra", dijo John Privitera, abogado de la tribu en McNamee Lochner Titus & Williams Plc en Albany, Nueva York. "Los animales lo absorbieron y ascendió por la cadena alimenticia a través de los peces hasta las mujeres mohicanas. De allí pasó a su leche materna y luego a sus bebés".
Siguiendo a su rival más pequeño Chrysler LLC, el mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos está utilizando el proceso de quiebra para escindir una nueva entidad con menores costes y deuda mientras deja a la vieja GM las propiedades no deseadas y obligaciones con acreedores, concesionarias, jubilados, víctimas de accidentes y agencias ambientales.
Los activos descartados serán todo lo que los acreedores tendrán para satisfacer sus reclamos cuando GM empiece a deshacerse de pasivos por US$172.800 millones, más de dos veces sus activos reportados.
SANEAMIENTO
Los contaminantes de la fábrica de Massena acabaron en el río St. Lawrence, migraron a la reserva y colocaron a la propiedad en el registro del estado de Nueva York de Sitios de Residuos Peligrosos así como en la lista federal de lugares contaminados.
Aunque la fábrica de Massena tiene derecho a fondos federales de saneamiento, según Privitera, parte del coste podría ser cubierto con lo que corresponde a los acreedores, testificó un ejecutivo de reestructuración de GM.
Si GM conservara la propiedad le costaría hasta US$225 millones limpiar el lugar y repoblar el río con peces comestibles, calculó Privitera.
En el primer día de audiencias sobre la venta de activos propuesta por GM, el jefe de reestructuración Albert Koch calculó el 30 de junio que las responsabilidades ambientales de la compañía en todas sus fábricas ascendían a US$530 millones. El responsable ejecutivo, Fritz Henderson, dijo que el dinero requerido para desmontar la vieja GM eran US$1.250 millones, en comparación con un cálculo previo de US$950 millones, por la reformulación de los pasivos ambientales.