"En la primera teleserie que hice tú eras mi pololo y me regalabas un pescado. Pero me enamoraba de otra persona", le recuerda Amparo Noguera a Luis Gnecco, sentados en un café en Providencia, al echar a correr la memoria: "Aunque no sé por qué nos empezamos a hacer amigos. Lo que sí me acuerdo es que entré a La Memoria porque éramos amigos".

"Exacto", completa Gnecco. Cuando comenzó el Teatro La Memoria yo le dije al Alfredo Castro: ¿Por qué no llamas a Amparo? Y ahí nos hicimos amigos. Hace harto rato".

Se conocieron en televisión en 1989. En la teleserie escrita por Sergio Vodanovic y emitida por Canal 13 La intrusa. De ahí en adelante, Gnecco -quien cursó sólo tres años en la Escuela de Teatro de Fernando González- y Noguera -egresada de la primera generación de la Escuela de Gustavo Meza- se formaron en las filas de emblemáticas piezas del Teatro La Memoria, cuando sólo era una sala de teatro.

En la pantalla también se han encontrado y reencontrado, y si el año pasado eran una pareja dispareja, de un ex CNI y Dina y una guerrillera apodada La Roja, en la serie Prófugos de HBO, ahora llegan al cine como un matrimonio, en la cinta ganadora de Sanfic, Aurora.

"No sé qué es primero. Si uno hace amigos trabajando o trabajando se hace amigo. Hay un grupo de personas que maneja el mismo lenguaje. Como Rodrigo Sepúlveda, Alfredo Castro, Pablo Larraín, Antonia Zegers, Marcelo Alonso, Néstor Cantillana", dice la actriz. "E imagino que los otros grupos, donde uno no está, también son cerrados. Son caminos que uno va armando".

La primera escena que se grabó de Aurora fue sobre la cama. En ella, Pedro (Luis Gnecco) completaba por tercera vez la ficha de adopción junto a su esposa Sofía (Amparo Noguera). Cómplices el uno del otro, lo serán por toda la película, incluso cuando Sofía se obsesione con adoptar a una niña encontrada muerta en el basural.

"Como toda primera toma", cuenta Rodrigo Sepúlveda, el director, "todo el equipo tenía mucho nervio. Pero ellos eran verdaderos dueños de casa. Como si fuesen un matrimonio de años". Y el director agrega: "Yo abuso de la confianza que tengo con ellos y, sin contarles ni avisarles, escribo pensando en ellos. Hay frases que recojo de nuestra amistad. Son películas hechas a su medida".

Aurora está basada en un hecho de la vida real. Y justamente su historia descansa, en gran parte, en la sólida dupla que crean Gnecco y Noguera. Una vez más juntos. "Tuvimos que echar mano a los cotidiano y lo íntimo para esta película", dice Gnecco. "Somos amigos. Nos decimos las cosas. Nos decimos los secretos", dice Noguera, y agrega rápidamente, "Y también nos quedamos callados".