La prioridad económica tras el terremoto y el tsunami de marzo es arreglar los cuellos de botella en la cadena de suministro y en la producción, dijo el jueves el gobernador del Banco de Japón,

Casi 28.000 muertos o desaparecidos provocó el desastre del 11 de marzo que además dejó gravemente dañada una planta de energía nuclear, interrumpió las cadenas de suministro y detuvo el gasto del consumidor.

Se espera que algunas zonas de Japón sufran escasez de electricidad en el verano boreal, lo que también golpearía la actividad económica.

"El impacto de dichas limitaciones en la oferta será severo en el corto plazo", aseveró en un evento organizado por el Consejo de Relaciones Exteriores, añadiendo que este trastorno podría afectar a la economía mundial.  

Las compañías japonesas ya avanzan en trasladar su producción a zonas no afectadas y reducir el consumo de energía a la espera de un verano ajustado.

Gracias a la demanda de reconstrucción, dijo, la mayoría de los economistas privados creen que el crecimiento económico de Japón será positivo respecto al tercer trimestre de este año.

Pero, advirtió que no estaba seguro de cuándo el flujo de suministros necesarios para la actividad económica podría volver al estado que tenía antes del desastre.

Los perjuicios que dejó el desastre en la economía implican que Japón tendría que redoblar sus esfuerzos para poner de nuevo en marcha el crecimiento, especialmente por el aumento de la productividad y el empleo, dijo Shirakawa.  

"Mientras Japón intenta reconstruir su economía, los esfuerzos para elevar el crecimiento potencial se hacen aún más importantes", dijo.

Un economista en el evento comentó que los dichos de Shirakawa reflejaban la tendencia de las autoridades económicas niponas a destacar sólo una parte de la ecuación económica.

"Las autoridades monetarias japonesas están muy preocupados por los efectos de la catástrofe por el lado de la oferta (...) Creo que ellos están perdiendo los efectos por el lado de la demanda que pueden reverberar a través de la economía mundial", dijo Allen Sinai, economista jefe global en Decision Economics.