Conocer la cantidad de agua que en promedio entra y sale de cada sistema hídrico, junto con medir el eventual impacto del cambio climático en la disponibilidad del elemento, son los objetivos del proyecto que lidera la Dirección General de Aguas (DGA), del Ministerio de Obras Públicas, que actualizará el balance hídrico del país luego de tres décadas desde su última sistematización.
La iniciativa, que realizará mediciones en las 101 cuencas hídricas existentes a lo largo del territorio, recopilará información sobre cada uno de los componentes que permiten la entrada de agua a los sistemas, como precipitaciones, acumulación de nieve, niveles de los glaciares, y también de las salidas, como los escurrimientos de los ríos, extracciones desde los acuíferos, evaporación, riego de cultivos y bosques, y salidas al mar.
Según el inspector fiscal del contrato, Gustavo Calle, "el objetivo es conocer cuál es el comportamiento promedio, a largo plazo, de las entradas y salidas de agua de cada sistema hídrico utilizando los datos disponibles en los últimos 30 años". Agrega que "de esta forma se podrán tener datos objetivos sobre cómo ha variado la cantidad de agua en estos años, si el cambio climático ha tenido impacto, si las variaciones son efecto de las oscilaciones climáticas o si las tendencias se mantienen".
Asimismo, el balance entregará una herramienta de apoyo para la planificación territorial, entrega de derechos de aguas y el desarrollo de actividades que requieren este elemento como principal insumo.
El proyecto completo durará dos años y en una primera etapa la medición se aplicará en las cuencas de cinco ríos de distintas regiones: Loa (Antofagasta), Choapa (Coquimbo), Maipo (Metropolitana), Imperial (La Araucanía) y Aysén (Aysén).
Carlos Estévez, director de la DGA, explicó que, para este proyecto, "en una primera fase se elaborará una metodología que permita la estimación del balance hídrico a escala de cuenca, en función del nivel, calidad y extensión de datos hidrometeorológicos y climáticos disponibles".
El estudio será diseñado y aplicado por la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile en conjunto con la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica.
"Se recogerán datos in situ a través de la observación de las distintas variables que arrojen las estaciones de medición instaladas en cada lugar, proceso que será complementado con información de los satélites, que entregan datos más amplios sobre la variación de las entradas y salidas de agua en diversos períodos del año", agrega Gustavo Calle.
La inversión estimada por las autoridades para completar el balance hídrico de las 101 cuencas es de $ 600 millones y se espera que esté terminado en 2019.