"La estrategia ha sido financiar de forma reactiva el presupuesto de salud, porque no tenemos un mecanismo o una metodología que nos permita controlar los gastos", sostuvo ayer, ante la Comisión de Salud de la Cámara, el director de Prespuestos del Ministerio de Hacienda, Sergio Granados, admitiendo así la compleja situación de la cartera sanitaria, que enfrenta un creciente nivel de deuda e incumplimientos en el plazo legal de pago a proveedores. "Es una situación a la cual hay que dedicarle mucha preocupación, porque en el futuro se puede disparar sin control", agregó.
Granados explicó a los parlamentarios que es el propio quehacer del sector, sumado a problemas de gestión de los servicios de salud, lo que ha dificultado mantener la cartera dentro de su presupuesto. Esto, debido a que los "inductores de gasto", es decir, los elementos que inciden o elevan los costos, están asociados directamente a la acción asistencial, como consultas, cirugías, compra de medicamentos e insumos, entre otros. "No hay metodología posible, al menos todavía no hemos logrado una, común, de poder controlar ese inductor del gasto. Entendemos que al interior de los hospitales es muy difícil establecer un modelo de gestión que permita que los inductores de gasto de la gestión clínica se adecuen a un nivel presupuestario".
Con todo, Granados planteó que no existe un déficit histórico de la cartera, sino que un comportamiento donde los costos van al alza, lo que hoy redunda en una deuda hospitalaria que, a abril pasado, llegó a $ 231.466 millones. En ese contexto, que hasta 2015 los pagos a proveedores se habían mantenido dentro del plazo de 45 días legales, pero que desde mediados de 2016, a la fecha, sobrepasan los 60 días. "Estamos con un problema donde no logramos bajar", reveló.
Incluso, Chilecompras precisó a La Tercera-mediante Ley de Transparencia- que en 2016 el sector salud llegó a los 78 días de demora, promedio, para los pago.
El director de Presupuestos planteó que se requiere, a mediano plazo, implementar áreas y metodología de control, para mantener el gasto "dentro de términos razonables", considerando en esto el aumento de la demanda asistencial, el mayor financiamiento que implican las políticas impulsadas por el gobierno y los distintos niveles de complejidad con que operan los hospitales de la red. "Es necesario cambiar el modelo de financiamiento y la estrategia general del sistema de salud. Los establecimientos gestionados en red (autogestionados) deberían tener un mecanismo de asignación de recursos mucho más relacionados a nivel de producción y complejidad, lo que no existe hoy día. Se han introducido variables significativas y positivas respecto de la salud de la población, pero no han sido resueltos con una metodología de gestión", sostuvo.
La subsecretaria de Redes Asistenciales, Gisela Alarcón, sostuvo que se ha logrado disminuir las compras a privados de cirugías, camas e intervenciones de urgencia, pero que el modelo requiere cambios. "La autogestión en red efectivamente requiere ser revisada, los mismos que propiciaron el modelo lo han reconocido. Eso hay que revisarlo, no está dando la respuesta que esperábamos respecto de la autogestión".
Ante ese escenario, el diputado UDI,Gustavo Hasbún, cuestionó si la situación "tiene que ver con que no están las personas idóneas en el cargo o que si efectivamente se está generando un problema o desorden gigantesco donde no se puede hacer una proyección del gasto?".
Mientras, su par y correligionario Javier Macaya manifestó que "cuando uno cruza la deuda hospitalaria y las listas de esper Ges o no Ges, se encuentra con que a mayor deuda mayor cantidad de personas en lista de espera. No veo diligencia en la gestión, donde la atención primaria converse o se relacione con la atención secundaria. No digo que esto sea patrimonio de ineficiencia de un sólo gobierno, pero se requieren propuestas", señaló.
A su turno, Manuel Monsalve, del PS, afirmó que "la explicación mayoritaria de la deuda hospitalaria es que si hace más prestaciones, y el Estado transfiere recusos a un costo inferior de lo que cuestan, más se va a endeudar", añadiendo que "lo escandaloso es que si se mira el presupuesto, la sociedad chilena le entrega 4 puntos del PIB a salud, insuficiente donde la OMS recomienda entregar 6".
Por su parte, Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, indicó que "los últimos tres años se ha disparado la deuda de manera incontrolablemente, y esto no tienen que ver con los hospitales autogestionados". Añadió que los factores que inciden son "indisciplina fiscal, baja producción en salud de los recursos humanos que hay y la ausencia de gestión clínica".