El gobierno argentino reiteró hoy su voluntad de pagar a los inversores que aún no aceptaron el canje de deuda, los denominados "fondos buitre", pero aseguró que los últimos fallos de la justicia estadounidense "no la dejan" hacerlo.
"Argentina quiere pagar sus deudas como lo viene haciendo desde 2005, pero ahora nos vemos obstaculizados por el juez Thomas Griesa y por la Suprema Corte de Justicia norteamericana que se rehúsa a tomar el caso", sostuvo la administración de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en una solicitada que publicó en el diario estadounidense Wall Street Journal.
En el texto, el gobierno argentino explicó que el default que sufrió el país en 2001 "fue el más grande en la historia financiera del mundo", tanto que sus consecuencias, señaló, causaron "un desempleo cercano al 25 por ciento y más del 50 por ciento de la población por debajo de la línea de pobreza".
"En otras palabras: pagarle a los fondos buitre es un camino que conduce al default, y si no pagamos, la orden del juez Griesa pone en peligro el derecho de los bonistas a cobrar la deuda de 2005 y 2010", advirtió la solicitada.
Alrededor del 1 por ciento de los tenedores de la deuda que entró en default en 2001 aún no ingresó en ningún canje. Litigaron en la Justicia de Nueva York, donde el juez Griesa ordenó que el Estado argentino abone 1.500 millones de dólares en efectivo y en un solo pago.
El gobierno argentino pidió un amparo y recurrió a la Corte Suprema para solicitar que revea la sentencia del juez.
El Tribunal rechazó el pedido y en los últimos días Griessa levantó el amparo. Ahora el gobierno y los "fondos buitre" deberían negociar la semana próxima una salida a esta situación.
Para el gobierno kirchnerista, "los fondos buitre invierten millones en propaganda y lobby para hacerle creer al mundo que Argentina no quiere pagar su deuda".
Sin embargo, aclaró, "la voluntad del país es clara: esperamos una decisión judicial que promueva una justa condición de negociación para resolver esta prolongada y difícil disputa que afectó, afecta y seguirá afectando a los argentinos por un grupo pequeño de especuladores voraces", finalizó.
La oposición política en Argentina, por su parte, celebró hoy que Fernández de Kirchner promoviera iniciar una negociación con los inversores que aún no aceptaron el canje de deuda.
"Es una medida correcta que requiere de un trabajo serio y profesional", expresó el diputado Sergio Massa, del partido Frente Renovador.
En un sentido similar se expresó el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, al afirmar que intentar un acuerdo "es el único camino que construye futuro".
Por su parte, el diputado Julio Cobos, que fue vicepresidente de Fernández de Kirchner en el primer mandato de la jefa de Estado (2007-2011) pero que devino en opositor apenas comenzada aquella gestión de gobierno, opinó que la intención de acercarse a los bonistas de la deuda impaga genera una "sensación de tranquilidad".
Massa, Macri y Cobos, desde diferentes partidos políticos, tienen la intención de pelear por la presidencia del país en 2015, cuando finalice la gestión kirchnerista.
"Como se ha terminado con los casos Repsol y el Club de París, se puede terminar con esto", aseguró Daniel Scioli, dirigente oficialista y gobernador de la provincia de Buenos Aires, el distrito más extenso y poblado de Argentina.
Scioli, que también aspira a suceder a Fernández de Kirchner aunque desde el partido peronista, confió en que "la voluntad argentina va a ser escuchada" por la Justicia estadounidense. "Esto va a salir bien, tengamos la certeza que va a prevalecer la racionalidad y la responsabilidad", agregó.