El secretario general de la Presidencia argentina, Aníbal Fernández, anticipó hoy que el jefe del Ejército, César Milani, no seguirá en su cargo si es procesado en la causa donde se le investiga por la desaparición de un soldado durante la última dictadura militar.

En declaraciones a la radio Nacional Rock, Fernández aseguró que el Senado otorgó el ascenso a Milani porque no había "absolutamente nada" en sus antecedentes que lo impidiera. 

Sin embargo, afirmó que "si el día de mañana existiera algún elemento que le diera razón a un juez para dictar el auto de procesamiento, seguramente pasará a retiro como la Presidenta lo hizo oportunamente con el almirante (Jorge) Godoy o con el general (Roberto) Bendini".

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, respaldó la investigación judicial aunque pidió respetar la presunción de inocencia.

"Donde hay denuncias hay que investigar y saber qué grado de responsabilidad tiene cada quién", dijo Carlotto a Radio La Red un día después de que un fiscal argentino pidiese investigar al jefe del Ejército argentino.

La solicitud fue realizada por el fiscal federal de Tucumán, Carlos Brito, ante el juez Daniel Bejas, que investiga la desaparición del soldado Alberto Ledo en 1976, en la provincia norteña de Tucumán, durante el denominado "Operativo Independencia" contra la guerrilla. 

El fiscal solicitó que se llame a declaración indagatoria a Milani por presunto encubrimiento de la desaparición del soldado al haber supuestamente firmado un acta en la que se afirmaba que Ledo había desertado. 

De acuerdo a medios locales, varios testigos en esta causa afirmaron que en esa época Ledo era el asistente personal del entonces subteniente Milani. 

El caso se reavivó en 2013, cuando la presidenta argentina, Cristina Fernández, nombró a Milani como jefe del Ejército y algunos organismos de derechos humanos cuestionaron su rol durante la dictadura.

Milani reconoció entonces haber firmado el acta de deserción de Ledo pero negó conocer al soldado, quien desapareció la noche del 17 de junio de 1976 del campamento que tenía el Ejército en la localidad tucumana de Monteros.