El gobierno argentino minimizó hoy los efectos de la amplia derrota electoral que sufrió en la votación por la Jefatura de gobierno de la ciudad de Buenos Aires a manos del conservador Mauricio Macri, cuando restan dos semanas para las primarias nacionales.

El alcalde porteño, líder del partido de centroderecha PRO, obtuvo ayer la reelección al imponerse en la segunda vueta electoral con el 64,25% de los votos, mientras el candidato kirchnerista, Daniel Filmus, recibió el 35,75%.

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, destacó que el porcentaje conseguido por el Frente para la Victoria (FPV, peronista) que gobierna a nivel nacional lo transforma "en la segunda fuerza en la ciudad, que siempre nos fue adversa".

"Además nos pone como primera fuerza nacional", destacó Fernández. "Si le sumamos los votos que nos dan todas las encuestas respecto de lo que es la competencia nacional, nos va a dar con claridad que queda para repartir una cantidad entre nueve candidatos que si hiciéramos un promedio simple daría algo así como 7,14 para cada uno de los que compiten. Ninguno podría llegar", explicó.

Es "una situación muy particular que nos hace la primera fuerza y nos pone en una condición muy fuerte desde nuestra propuesta política contra los partidos políticos", sostuvo el jefe de gabinete.

Fernández respondió así a los analistas que advierten que la posición fuerte del kirchnerismo comenzó a debilitarse de cara a los comicios presidenciales del próximo 23 de octubre, en los que la jefa de Estado Cristina Fernández de Kirchner irá por la reelección.

La derrota kirchnerista en la capital argentina llegó una semana después de otro fuerte revés en los comicios de la provincia de Santa Fe, donde el candidato oficialista quedó relegado en el tercer puesto y ganó el socialismo. La semana próxima se votará en la provincia de Córdoba, el tercer distrito electoral a nivel nacional, donde el oficialismo no lleva ningún candidato propio.

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, consideró en tanto que "parte del análisis que requiere" la derrota kirchnerista en Buenos Aires es "que la dirigencia despliegue un trabajo territorial mucho más fuerte para reemplazar la interlocución que se da entre los dirigentes políticos y la sociedad a traves de los medios, porque nos encontramos con la pelea que este gobierno lleva adelante con los medios".

Esta situación hace que "el mensaje de candidatos del oficialismo se vea distorsionado o no lo suficientemente explicitado", señaló. "No es que estamos diciendo que perdimos por los medios, pero tienen influencia en la Capital Federal", sostuvo Randazzo.

El ministro se pronunció en tanto a favor de "no extrapolar" los resultados porteños a nivel nacional "porque cada elección en cada distrito es diferente".

Filmus reiteró en tanto su responsabilidad por la derrota y negó que el resultado adverso afecte a la presidenta en las primarias del 14 de agosto. "Insisto con toda la autocrítica que me cabe a mí", aseguró. "Creemos que éste es un resultado sobre la ciudad, y el 14 de agosto se dirime con el país. A tal punto que probablemente haya ciudadanos que hagan el voto cruzado", señaló el senador, que perdió por segunda vez un balotaje ante Macri, tras la segunda ronda que dirimieron en 2007.

MACRI POR PRESIDENCIALES

El ganador del balotaje de ayer, Mauricio Macri, dijo hoy que construirá su candidatura presidencial para 2015. "Es obvio que el proceso natural sería construir una propuesta nacional para 2015, ya no queda otro camino natural que ese, pero eso no quiere decir que no disfrute cada momento como jefe de gobierno. Vamos a construir la candidatura para 2015", señaló Macri durante una conferencia de prensa.

Propuesta Republicana, la fuerza conservadora liderada por Macri, que no presentará candidato en las próximas presidenciales, "tiene la misión de armar ahora una propuesta nacional, tiene cuatro años", insistió el empresario de 52 años. El jefe de gobierno porteño también valoró los llamados de Cristina Fernández y del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, luego de conocerse anoche su triunfo.

Es lo normal en un país democrático que (la presidenta) llame. Debería ser normal en la convivencia. Le agradecí mucho el llamado porque los gobernantes tienen la obligación de ir mas allá de sus diferencias y narcisismos, y trabajar juntos", sostuvo Macri al ser consultado por la conversación que mantuvo con la mandataria.