Acompañado de dos asesores que militan en Revolución Democrática (RD) llegó ayer hasta el Congreso el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre. Se trata del ex dirigente universitario Miguel Crispi y del jefe de educación general del Mineduc, Gonzalo Muñoz.

En la tarde, cuando el proyecto de inclusión -que pone fin al lucro, copago y selección en los colegios particulares subvencionados- había sido aprobado en el Senado (ver página 2), ambos se reunieron con los diputados y también ex líderes estudiantiles Giorgio Jackson (integrante de RD) y Camila Vallejo (PC). Si bien cercanos a los parlamentarios desestiman que se haya abordado la postura que asumirán cuando la iniciativa regrese en su tercer trámite a la Cámara, fuentes de gobierno explican que el objetivo de los asesores era, precisamente, asegurar los votos para su aprobación.

Dada la cercanía que mantienen Crispi y Muñoz con los diputados, en La Moneda dicen que esa conversación resultaba clave para culminar exitosamente una serie de gestiones realizadas en los últimos días. Los esfuerzos estuvieron puestos en asegurar los votos para que el proyecto de inclusión sea aprobado este lunes en la Sala de la Cámara, evitando ir a una comisión mixta y neutralizando cualquier  riesgo de que la iniciativa no sea despachada del Congreso antes del 31 de enero, plazo autoimpuesto por el gobierno. Y el objetivo -dicen- se habría logrado. En el contexto actual,  en el Ejecutivo y en la Nueva Mayoría sostienen que el panorama está despejado y que se contaría con los votos para que el proyecto se apruebe el lunes.

En el oficialismo explican que las materias en las que existen algunas dudas de parte de los diputados -respecto de lo que se aprobó en el Senado- están contenidas en artículos que sólo requieren mayoría simple de los diputados. Y la Nueva Mayoría cuenta con 64 de los 120 diputados, a lo que se suman 7 independientes de centroizquierda.

Si bien existen artículos de leyes orgánicas constitucionales, en las que la exigencia es mayor (quórum calificado, es decir, 69 votos), esos aspectos no generan discrepancias. Y ante la opción de que quienes han mantenido una postura crítica en el oficialismo voten en contra de algunos puntos,   estos no serían suficientes para lograr su rechazo. "No hay puntos de desacuerdo que conciten una mayoría que permita llevar a mixta esos desacuerdos", dijo Jackson, mientras que el presidente de la Comisión de Educación, Mario Venegas (DC), agregó que "sólo hay dudas en cosas menores, porque los objetivos centrales del proyecto no se han trastocado". Incluso, Fidel Espinoza (PS), uno de los  que había mantenido una crítica postura ante los cambios introducidos en el Senado, dijo que "estamos conformes, porque se respetaron nuestras indicaciones".

Durante los últimos días, los jefes de las bancadas de la Nueva Mayoría se comunicaron telefónicamente con sus correligionarios para sondear cómo sufragarán y, además, para evitar que algunos legisladores se ausenten del país -por vacaciones- el día de la votación.

Si bien la ausencia de parlamentarios con permiso constitucional hace que se rebajen los quórum de votación exigidos en el proyecto, en La Moneda existía preocupación de que el número de parlamentarios oficialistas en esa condición fuera muy alto, porque se contaría con menos votos favorables asegurados.

Así, Jorge Tarud (PPD) decidió permanecer en Santiago, y se logró desactivar un viaje personal que tenía contemplado realizar la diputada Denisse Pascal (PS). Pese a que había pedido permiso constitucional a la Cámara, fuentes de la corporación y del PS dicen que la parlamentaria retiró esa solicitud ayer por la mañana. Sólo cuentan con esta autorización los diputados Pablo Lorenzini (DC), Alejandra Sepúlveda (independiente), Clemira Pacheco (PS) y Renzo Trisotti (UDI). Los tres primeros tienen un viaje agendado a Bruselas, para reunirse con el Parlamento europeo. Pacheco, en tanto, de todos modos contemplaba inhabilitarse, debido a que familiares son sostenedores de colegios.