En noviembre de 2004, al término de la cumbre del foro Económico del Asia Pacífico (Apec), el Presidente Ricardo Lagos había extendido 250 invitaciones a los máximos representantes de los tres poderes del Estado, personeros de las Fuerzas Armadas y empresarios de alto nivel. Se trataba de una cena de gala que pretendía realizar en los patios de La Moneda a George W. Bush, la que fue cancelada por Lagos al rechazar las estrictas medidas de seguridad que exigían los agentes del gobierno norteamericano, como revisar con detector de metales a los comensales.
Siete años después, según cuentan en Cancillería, el Presidente Sebastián Piñera ha dado vueltas a la misma fórmula de Lagos y quiere ofrecer una cena a Barack Obama cuando visite el país en marzo, en el marco de una gira que también incluye Brasil y El Salvador.
Piñera había quedado conforme con la recepción de cerca de 200 personas que realizó en el patio de Los Naranjos de La Moneda en homenaje a Alan García, en enero.
Los detalles de la visita oficial del mandatario norteamericano -la primera desde George Bush padre, en 1990- la está afinando su embajador en Santiago, Alejandro Wolff, quien viajó la semana pasada a EE.UU. Esta semana, Wolff se trasladará a la residencia del jefe de la misión chilena en Washington, Arturo Fermandois, para continuar con los preparativos.
Por su parte, Fermandois viajará a Santiago en febrero para afinar con Cancillería los detalles del encuentro. Uno de ellos apunta precisamente a las exigencias de seguridad de EE.UU., que, de acuerdo al gobierno, podría hacer naufragar la idea de Piñera de realizar una masiva cena de gala a Obama en La Moneda.
Otra de las directrices del gobierno apunta a incorporar a la Concertación a los actos conjuntos con Obama. La idea es darle a la visita del mandatario un carácter de Estado. Los detalles de cómo se incorporará a la oposición aún no están resueltos. El viaje fue confirmado hace 10 días al canciller Alfredo Moreno y hasta ahora sólo existe claridad de que el gobierno intentará realizar una actividad relacionada con el rescate de los mineros y que la agenda estará marcada por la cooperación en energía nuclear, además del debate sobre la estabilidad en la región, el comercio, los DD.HH. y la señal que dará Obama a América Latina en su paso por Chile.