El gobierno de Brasil está trabajando en una nueva regulación para limitar aún más la compra de tierras agrícolas por parte de extranjeros, y afirmó que la legislación actual ha sido "insuficiente", informó este sábado un periódico local.

La nueva normativa, que podría convertirse en decreto, busca cerrar las fisuras legales que los compradores han estado utilizando, como la compra de tierras a través de compañías brasileñas, informó el diario Folha de Sao Paulo.

La norma podría imponer restricciones en los fondos de inversión en los que participan extranjeros y forzar a los bancos internacionales a vender tierra recibida como garantía de un préstamo riesgoso en un periodo de un año.

Brasil es uno de los mayores productores mundiales de alimentos y biocombustibles y la expansión de su producción es considerada como crucial para abordar la creciente demanda de estos productos, en especial de las economías emergentes como China.

El fiscal general de Brasil reinterpretó el año pasado una ley de tierras que ahora limita la compra de tierras rurales por parte de extranjeros o de firmas brasileñas controladas por extranjeros, a áreas que no superen entre 250 y 5.000 hectáreas dependiendo de la región.

La regulación actual ha estado alentando la incertidumbre entre los inversores agrícolas y mostrando las desventajas de la expansión, según analistas.

La nueva legislación debería establecer mecanismos más claros para que los extranjeros se asocien a compañías brasileñas, especialmente en proyectos agrícolas, informó el diario.

La legislación de tierras busca mayormente frenar el avance de China, que ha estado comprando tierras en otros países a través de fondos soberanos, agregó el periódico.

Los registros oficiales muestran que 4,3 millones de hectáreas de tierras brasileñas son de propiedad extranjera, pero la cifra podría exceder hasta en tres veces ese número, reportó Folha.