Reino Unido desplegará 19.500 soldados para custodiar la seguridad durante los Juegos Olímpicos que comenzarán en una semana, 10.000 más de los enviados por Londres a Afganistán.

La presencia de los militares provocó tranquilidad en el ministro de Cultura y de Deportes, Jeremy Hunt, quien admitió que se sentirá "más seguro" con la colaboración de los soldados durante la cita que comenzará el 27 de julio.

Hunt elogió a las Fuerzas Armadas y a la policía por proveer más oficiales de lo planeado originalmente y consideró "positivo" que los soldados custodien la cita.

El aumento de militares durante Londres 2012 surgió luego de que la empresa G4S, que ganó la licitación por más de 632 millones de euros para proveer 10.400 guardias de seguridad, admitió que no llegará a tiempo a preparar a sus agentes.

Ante el anuncio de GS4, la cual perderá unos 63,5 millones de euros de su contrato, el gobierno británico convocó a 3.500 soldados más para colaborar con la seguridad de los Juegos Olímpicos que concluirán el 12 de agosto.

Ante esta situación, el Comité Organizador local (LOCOG) aconsejó a GS4 pagar unos 10 euros por hora a los guardias privados, a quienes usualmente se les retribuye con 12,8 euros por la misma tarea.

En tanto, un funcionario de G4S en la localidad occidental de Eton Dorney confesó a la cadena estatal BBC que la organización "no podría ser más caótica" en el lago Berkshire, donde se desarrollarán competencias de canotaje.

La fuente relató que no funcionan los radios, lo que obliga a los agentes de seguridad a usar sus teléfonos celulares para comunicarse entre sí, y tampoco hay suficientes controladores de las cámaras de circuito cerrado de la zona.

HUELGA
La confianza de Hunt encontró más problemas luego de que 250.000 empleados del ministerio del Interior anunciaron hoy una huelga de 24 horas un día antes del inicio de las Olimpíadas, en protesta por las condiciones de trabajo, salarial y paga extra, así como también contra el despido de 8.500 puestos. 

También realizarán una medida de fuerza durante las Olimpíadas los maquinistas de los trenes de las líneas West Midlands, que anunciaron una huelga entre el 6 y el 8 de agosto.