"Hoy es una mañana histórica (...) más allá de que cada cual pueda tener una opinión personal, lo que permite esta ley es que seamos un país donde las mujeres, frente a tales situaciones, puedan tomar la mejor decisión posible". A primera hora de ayer, la Presidenta Michelle Bachelet celebraba que el Senado -tras una jornada de más de 16 horas de debate- despachara a la Cámara de Diputados el proyecto que despenaliza el aborto en tres causales.
Pero de la celebración el gobierno pasó al despliegue: diferentes autoridades activaron sus gestiones en la Cámara Baja para conseguir que la iniciativa sea aprobada a la brevedad, lo que pasa por que se valide sin modificaciones el texto que salió del Senado, para evitar así una comisión mixta.
Una dilatación en una nueva instancia legislativa -dicen en el oficialismo- podría terminar por poner en riesgo su entrada en vigencia. Esto, por el anuncio de la oposición y algunos miembros del oficialismo de forzar un pronunciamiento del Tribunal Constitucional, donde el 30 de agosto asume un nuevo presidente que, actuando como voto dirimente, podría inclinarse por declarar la inconstitucionalidad de la ley.
La Cámara inició la discusión a las 10.30 horas de ayer, sesión que se suspendió durante la hora de almuerzo, postergando para hoy la votación definitiva. Durante los almuerzos de bancadas, el Ejecutivo reforzó las gestiones para asegurar los votos y el esfuerzo estuvo centrado particularmente en la Democracia Cristiana. La postura que adopte la DC en la votación -programada para el medio día de hoy- será crucial para que el proyecto sortee sin inconvenientes su tercer trámite y para que, en caso de terminar en el TC, pueda ser revisado por un tribunal aún presidido por Carlos Carmona -de sensibilidad oficialista- y no por quien será su sucesor, Iván Aróstica, quien actúa como voto dirimente ante un empate y estaría en contra de la interrupción del embarazo en las causales impulsadas por el gobierno (ver secundarias).
En marzo del año pasado, la Cámara aprobó las tres causales -con el rechazo de los diputados DC Jorge Sabag, Iván Flores, Marcelo Chávez y Yasna Provoste-, por lo que hoy no serán sometidas a votación, ya que en el Senado no sufrieron cambios. Los diputados sí tendrán que revisar 16 artículos en los que hubo modificaciones durante el paso por la Cámara Alta. En este sentido, para asegurar su despacho durante la jornada de hoy y evitar un comisión mixta, muchos diputados oficialistas están dispuestos a aprobar artículos controversiales y sobre los que no están de acuerdo, como el alcance de la objeción de consciencia.
El nudo clave, sin embargo, estará centrado en el único de los artículos que requiere quórum calificado, referido a atribuciones y competencias de los Tribunales de Justicia en caso de que menores de 14 años decidan interrumpir su embarazo por alguna de las causales y no cuente con la autorización de alguno de sus tutores legales.
"A falta de autorización, entendiendo por tal la negación del representante legal, o si éste no es habido, la niña, asistida por un integrante del equipo de salud, podrá solicitar la intervención del juez para que constate la ocurrencia de la causal. El tribunal resolverá la solicitud de interrupción del embarazo sin forma de juicio y verbalmente, a más tardar dentro de las 48 horas siguientes a la presentación de la solicitud, con los antecedentes que le proporcione el equipo de salud, oyendo a la niña y al representante legal que haya denegado la autorización. Si lo estimare procedente, podrá también oír a un integrante del equipo de salud que la asista", detalla el artículo que fue repuesto por el Senado, y que se había desechado en primer trámite por faltar un voto favorable en la Cámara.
Bajo ese contexto, la apuesta del gobierno es asegurar la mayoría de votos posibles en la DC y asimismo los de diputados independientes. Ayer, hasta el comedor de la colectividad llegaron la asesora del Sernam e hija del senador Ignacio Walker, Elisa Walker, y la ministra del Trabajo, Alejandra Krauss (DC), para pedirles a los parlamentarios que voten en favor de todo el articulado, evitando su retraso.
Durante el encuentro, el diputado Marcelo Chávez -quien votó en contra de las tres causales el año pasado- pidió la palabra para señalar ante el resto de sus pares que quería liderar una posible presentación ante el TC. Tal ofensiva fue respaldada por el diputado Jorge Sabag, quien ha expuesto públicamente su rechazo.
En tanto, durante el almuerzo de la bancada del PS el subsecretario de la Segpres, Gabriel de la Fuente, y la asesora del Sernam, Claudia Sarmiento, pidieron el respaldo de los socialistas. Y si bien en el oficialismo reconocen las gestiones del gobierno en esa línea, desde La Moneda señalaron que la urgencia no iba en esa dirección, sino en sacar adelante la agenda legislativa comprometida por la Presidenta Michelle Bachelet. Asimismo, aseguraron que ya se están preparando para defender las tres causales en el TC.
Con todo, ayer algunos parlamentarios del bloque manifestaron su preocupación por un eventual revés en esa instancia. "Es inminente que el proyecto se verá en el TC. Y también es un hecho de que habrá cambio de su presidente. Por lo tanto, seamos sinceros, este es un mes de oro", dijo el diputado Juan Luis Castro (PS).
En la misma línea, su par Leonardo Soto subrayó que "es fundamental y vital para la subsistencia de este proyecto que pueda ser despachado sin ir a comisión mixta. Eso va a permitir que en caso de llegar al TC este pueda resolverlo con la integración que hoy día tiene, que preside Carlos Carmona, que entiendo es favorable a este proyecto, cuyo voto es dirimente".
La diputada comunista Karol Cariola señaló, en tanto, que "nosotros hemos dicho con mucha claridad que este proyecto de ley es una urgencia, es necesario y por eso vamos a votar a favor el proyecto. Nosotros no queremos que vaya a mixta".
Se espera que hoy, luego de la intervención de un representante por comité, se solicite a la sala cerrar el debate en torno al proyecto para que la Cámara vote, antes de las 14 horas, el articulado. De obtener los guarismos necesarios para aprobar cada uno de los puntos sin modificaciones, el Congreso podría convertir en ley, tras dos años y medio de tramitación, uno de los proyectos más emblemáticos de la administración de Bachelet.