Entre 1980 y 2011, la pérdida anual promedio por desastres en el país fue de 1,2% del Producto Interno Bruto (PIB), cifra que pone a Chile en el primer lugar de una lista de 20 países que figura en el informe Hacia un Chile resiliente frente a desastres: una oportunidad, entregado el martes pasado a la Presidenta Michelle Bachelet.
"Chile está siendo uno de los países con mayor actividad en materia de riesgos naturales. En 2015, se constituyó en el primer país del mundo que al cabo de un año tuvo todos los riesgos naturales posibles de tener: erupciones en Calbuco y Villarrica, tsunami en Coquimbo, procesos aluvionales en Atacama y Antofagasta, inundaciones, etcétera", dice Fernando Peña, académico de la U. Católica de Temuco y uno de los 27 integrantes de la Comisión Nacional para la Resiliencia frente a Desastres de Origen Natural (Creden) encargada de diseñar el informe presentado a la mandataria.
El documento recomienda la aplicación de 14 medidas para hacer frente a los desastres naturales en los próximos 20 años. Entre las acciones figuran el impulso a nuevas tecnologías y materiales de construcción, apoyar la investigación para la comprensión física de las amenazas -pide aumentar en 72% los doctorados en estas áreas- y desarrollar sistemas de alerta temprana para distintos tipo de eventos.
La instancia cifró en US$914 millones el gasto que el país debe realizar en estos 20 años para desarrollar este plan, lo que implica un costo anual de US$45,7 millones.
La cifra es muy menor frente a los US$2.838 millones que el informe calculó que el Estado gastará anualmente en promedio en los próximos años. De este total, un 84% es para efectos de terremotos, 15,1% para inundaciones y 0,4% para tsunamis.
¿Cómo se implementará la estrategia? Gonzalo Rivas, presidente del Consejo Nacional para la Innovación y el Desarrollo (Cnid), organismo que coordinó el trabajo de la comisión, explica que se decidió crear un instituto tecnológico público dedicado a la resiliencia (o cómo enfrentar, adapatarse y recuperarse) frente a desastres naturales.
"Durante los próximos meses, un equipo especializado trabajará en el diseño de esta entidad que mantenga una visión de largo plazo, y que busque desarrollar condiciones para ello (…) información de calidad, capacidades de las personas, infraestructura de investigación, así como transferencia y divulgación, como también coordinar esfuerzos y capacidades de investigación y desarrollo consistentes con los objetivos del país", dice Rivas.
La idea es que este instituto se ubique, agrega, a la cabeza de una gran red de universidades, centros de investigación, entidades públicas, industrias e instituciones de representación de la sociedad civil, con un gobierno corporativo equilibrado, teniendo como mandante al Ministerio del Interior.
Este nuevo instituto sería parecido en estructura, por ejemplo, a organismos como el Instituto de Fomento Pesquero (Ifop) que cumple el rol público de apoyar el desarrollo pesquero del país.
Los recursos para diseñar el instituto serán entregaros por Corfo dentro de esta semana, explican desde el Cnid.
Institucionalidad
Juan Carlos de la Llera, quien fue presidente de la Comisión y decano de Ingeniería de la U. Católica, explica que el diseño del instituto tecnológico tendrá una duración de nueve meses y dará forma a la institucionalidad que pondrá en marcha la estrategia.
El decano, quien además es investigador del Centro de Investigación de Desastres (Cigiden), señala que es difícil que este análisis termine en la creación de un ministerio dedicado exclusivamente a enfrentar desastres naturales.
"La institucionalidad de esto tiene que terminar probablemente en algún organismo que la articule, como este instituto, pero sí tiene que tener bajadas en los distintos ministerios (…) pero no se requiere un ministerio", afirma.
Por ejemplo, en materia de capital humano avanzado, un futuro Ministerio de Ciencia tiene que contar con algún programa para fortalecer la formación de profesionales de resiliencia frente a desastres.
"Estamos hablando sobre casi 15 hospitales", dice el académico de la UC, sobre la importancia de la estrategia y lo que significa enfrentar un gasto de US$2.838 millones.
Si se aplica el plan, por cada peso invertido en él, el país debiera recuperar 2,3 pesos, agrega de la Llera.
Según la comisión, solo el 27F le significó al país pérdidas por US$30 mil millones, equivalente al 18% del PIB.
Más doctorados
Además de las 14 tareas, la comisión plantea que es necesario realizar cinco tareas base o condiciones habilitantes. Una de ellas, la formación de capital humano. Para ello se propone crear un programa especial de dobles doctorados con las mejores instituciones del mundo en los temas relacionados con la resiliencia frente a desastres de origen natural.
Este programa estaría disponible de manera piloto durante los primeros 10 años de la estrategia, permitiendo formar a un total de 230 doctorados especializados en temas de resiliencia.
En el informe se detalla que Chile solo posee 230 doctorados que trabajan en temas de desastres.
"La implementación de este programa aumentaría en un 72% la cantidad de investigadores de alto nivel dedicados a estos temas", señala el reporte.
Este programa especial de doctorados, tendría una duración de cuatro años, dos en una universidad chilena y otros dos en una extranjera. De esta forma se replicaría el modelo CDT (Centers for Doctoral Training) de Reino Unido.
"Además del déficit a nivel educativo, tenemos una baja disponibilidad de capital humano avanzado para abordar los temas de riesgo. En numerosos concursos que se han hecho en universidades chilenas u organismos del Estado en esta materia, han tenido que ser cubiertos con profesionales muy destacados del extranjero", señala el investigador Fernando Peña.
El reporte señala que el stock de doctorados en el país es extremadamente bajo en comparación con otros países. Es 40 veces menor que Suiza, 10 veces menor que Alemania y 5 veces menor que EE.UU.