Los Indignados siguen haciendo ruido en Cataluña, lo que ha comenzado a colmar la paciencia del gobierno autónomo. Luego que miles de manifestantes llegaran hasta la sede de gobierno, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, anunció que "se han traspasado las líneas rojas", y que si los indignados siguen bloqueando la entrada durante la tarde, los Mossos d'Esquadra podrán hacer "uso legítimo de la fuerza".
Esto, según comentó, con el objetivo de "garantizar la seguridad de los diputados", que según el sitio web del medio español El País, debieron llegar hasta la sede de gobierno mediante helicópteros, debido a que la gente les impedía el paso.
Según el medio, Mas agregó que "una cosa es la discrepancia ilegítima, que se puede expresar libremente, y otra actuar con violencia y coacciones".
El País agrega que, si bien los manifestantes se mantienen firmes, tanto en la sede de gobierno como en la plaza de Sant Jaume, ya comenzaron los miedos a la desorganización. El nerviosismo y la desinformación, señala el medio, se suma a las distintas opiniones dentro del grupo, y a la presencia de presuntos infiltrados, que puedan desintegrar al grupo.