El gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez, no reconocerá a los rebeldes de Libia y mantendrá su respaldo al líder Muammar Gaddafi, según informó el viceministro de Exteriores para Africa del país sudamericano, Reinaldo Bolívar.
"Venezuela no va a reconocer a la gente que está en Bengasi. Reconoce al gobierno legítimo de Libia y si el pueblo decide otro gobierno legítimo, será reconocido en el contexto del derecho internacional", indicó Bolívar en una entrevista publicada hoy por el diario oficial Correo del Orinoco.
El vicecanciller aseguró que en el país africano "no había problemas hasta que una coalición de Estados Unidos y países europeos comenzó los bombardeos" y ahora es "una zona insegura".
Dijo que Naciones Unidas "se ha puesto una soga al cuello porque es la primera vez que el organismo apoya a un grupo rebelde, a un grupo que se ha declarado en beligerancia", lo que, en su opinión, es "peligrosísimo".
"¿Naciones Unidas aprobaría un bombardeo sobre Estados Unidos porque hay un grupo en Puerto Rico que quiere independizarse?", dijo.
Bolívar afirmó, además, que "se está intentando matar al líder de la revolución libia, igual que Israel trató de matar a Yaser Arafat". También calificó de "cínico" el discurso de los países aliados por establecer una zona de exclusión aérea y bombardear Trípoli.
"Desde que el presiente Hugo Chávez dio un 'no' rotundo contra la guerra, hemos visto reacciones de diferentes líderes políticos. Tenemos que lograr un movimiento mundial contra la guerra", indicó.
Chávez, que ha mantenido contacto con Gaddafi en las últimas semanas y defiende su amistad con el líder libio, ha insistido prácticamente a diario en el cese del conflicto desde que el 28 de febrero planteó la creación de una comisión internacional que busque un acercamiento entre las fuerzas que, dice, libran una guerra civil.
El mandatario venezolano ha condenado reiteradamente la intervención militar de Estados Unidos y sus aliados europeos, y les ha acusado de estar "enloquecidos" por el petróleo libio y de querer apropiarse de las reservas monetarias del país africano en momentos de crisis.