Desde 2008 a septiembre pasado, la Presidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner ha debido enfrentar a 7.658 manifestaciones y cortes de ruta. La cifra es la mayor que ha tenido un mandatario en lo que va de la década y ya es un 68% superior a las 4.551 que ocurrieron durante todo el período liderado por su antecesor en la Casa Rosada, Néstor Kirchner. Así lo sostienen las cifras dadas por el centro de análisis político iberoamericano Nueva Mayoría que contabilizó los cortes de ruta y manifestaciones protagonizadas por los piqueteros en Argentina y que durante las últimas semanas han elevado la temperatura del conflicto social en el país. Desde que asumió Cristina K., hay un promedio de 348 manifestaciones mensuales.
Representantes del campo, trabajadores de empresa como Kraft, empleados hospitalarios, profesores, transportistas, universitarios e incluso veteranos de la guerra de las Malvinas han mantenido convulsionada a la capital argentina. El martes la paralización del tren subterráneo de Buenos Aires causó un verdadero caos en la movilización de más de un millón y medio de personas. Ayer, piqueteros cortaron nuevamente arterias clave como la Avenida 9 de Julio -la principal de la ciudad-, Rivadavia y Callao entre otras, produciendo serios problemas en el tránsito de la ciudad. "No se pueden cortar las calles... La gente llega tarde al trabajo, se pone nerviosa, es un caos y hay que terminarlo", declaró el martes la animadora de televisión Susana Jiménez representando el malestar de los millones de porteños.
Según un sondeo de la consultora Ipsos Mora y Araujo, nueve de cada 10 argentinos pide al gobierno que intervenga directamente y detenga el creciente conflicto social. Dentro del 91% que cree que el rol del Ejecutivo es importante, un 42% reclama que es necesario hacer "todo lo posible para evitar que se corten rutas y calles", mientras que el 49% pide que se actúe para evitar los efectos negativos de las manifestaciones en la población.
Ayer continuaron las acusaciones entre gobierno y oposición. En su presentación ante la Cámara de Diputados, el jefe de gabinete de Cristina K, Aníbal Fernández, insistió en que "las protestas no son nada casuales" y que "se están investigando hechos puntuales", aludiendo a las sospechas ya esbozadas en días previos por la propia mandataria, quien apuntó que hay grupos que están buscando la "desestabilización del país". Sin embargo, la oposición se desliga de cualquier responsabilidad en los hechos y señala que las acciones son producto de la ineficacia del gobierno.