El gobierno de Estados Unidos se ha visto obligado a resignar recursos y transferir 405 millones de dólares de otros programas gubernamentales para hacer frente a la crisis humanitaria que se vive en la frontera ante la llegada masiva de niños incodumentados no acompañados, procedentes la mayoría de ellos de Centroamérica, confirmaron hoy a dpa fuentes del gobierno.

El Departamento de Seguridad Nacional se lo notificó el pasado viernes al Congreso, después de que los legisladores no aprobaran antes de irse de vacaciones los fondos extraordinarios por valor de 3.700 millones de dólares que le había solicitado Obama para atajar la crisis.

"Sin la ayuda del Congreso las agencias simplemente no tendrán los recursos que necesitan", explicaron las mismas fuentes, quienes señalaron que el gobierno ha tenido que tomar "decisiones difíciles" a la hora de prioritizar los recursos disponibles.

Si no se hubieran reasignado los recursos, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) corría el peligro de quedarse sin dinero a mediados de agosto y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas den inglés) a mediados de septiembre. 

"Como resultado de la falta de acción del Congreso, la administración continuará reasignando recursos a la frontera para frenar el flujo de inmigrantes y hacer todo lo humanamente posible para tratar humanamente a decenas de miles de niños que están llegando recientemente antes de que podamos enviarlos a sus países de origen", añadieron las mismas fuentes.

El pasado viernes, el Congreso colgó el cartel de "cerrado por vacaciones" sin llegar a un acuerdo sobre los fondos extraordinarios que había solicitado Obama para hacer frente a la llegada desde el pasado mes de octubre de más de 57.000 niños indocumentados no acompañados, procedentes la mayoría de ellos de El Salvador, Guatemala y Honduras. El gobierno calcula que al final de este año fiscal (en septiembre) su número podrá alcanzar los 90.000.

Obama ya ha anuciado que al acabar el verano gobernará por decreto en materia de inmigración, después de que los republicanos de la Cámara de Representantes se negaran a poner una fecha para votar la reforma migratoria, aprobada en el Senado en junio de 2013.

Las organizaciones pro reforma migrotoria confían que Obama anuncie en septiembre el fin de las deportaciones y algún tipo de permiso de trabajo o alivio migratorio para los millones de indocumentados que viven actualmente en Estados Unidos. 

La Casa Blanca no ha confirmado que es lo que hará Obama concretamente y asegura que, de momento, todo son especulaciones.