Las autoridades extendieron por segunda noche consecutiva la vigencia del toque de queda en Ferguson, la ciudad del centro de Estados Unidos, sacudida por una semana de protestas tras la muerte de un joven negro por un policía.
El portavoz de la Policía de carreteras del estado de Missouri, Al Nothum, indicó al periódico St-Louis Post Dispatch que el toque de queda "será extendido a una segunda noche".
Inicialmente el gobernador de Misuri Jay Nixon había decretado el toque de queda entre la medianoche del sábado (05:OO GMT) y las 05:00 del domingo con el propósito de "mantener la paz" para permitir que se pueda investigar las controvertidas circunstancias en que murió Michael Brown de 18 años el pasado 9 de agosto a manos de un policía.
La primera noche del toque de queda se saldó con un balance de una persona herida y siete detenidos, mientras la Policía usó bombas de humo y disparó gas lacrimógeno para dispersar a unos 200 manifestantes que desafiaron la medida impuesta por el gobernador Nixon.
Nixon había justificado la instauración de un toque de queda "para proteger a las personas y las propiedades de Ferguson" y pemitir que la justicia opere.
En tanto, la familia del muchacho convocó a una nueva manifestación pacífica la tarde del domingo. Pequeños grupos de manifestantes rezaron tomados de la mano, cerca del lugar donde Brown recibió los disparos.
"Perdonen, pero necesitamos respuestas sobre Michael Brown", señalaba una pancarta exhibida en el lugar. En la mañana el activista por los derechos civiles Al Sharpton encabezó una ceremonia religiosa. "Cuando un policía se equivoca debe asumir las consecuencias, como cualquier ciudadano", enfatizó.
La muerte de Brown a manos de un policía ha avivado el debate sobre el uso excesivo de la fuerza policial contra los afroamericanos y otras comunidades.
Nixon admitió este domingo en declaraciones a la CNN que es probable que la tensión se mantenga elevada en los próximos días en Ferguson.
"Queremos respuestas acerca de lo que pasó la semana pasada y seguiré intentando obtenerlas", añadió Nixon. Pero "si queremos llegar a la justicia, primero tenemos que obtener y mantener la paz", agregó.
Ferguson, un suburbio de Saint Louis de unos 20.000 habitantes en su mayoría negros, ha vivido en constante clima de agitación tras la muerte de Brown.