El Gobierno de Nicaragua ratificó hoy su rechazo a despenalizar el aborto terapéutico en el país, como había demandado Amnistía Internacional hace una semana. La organización internacional esperaba que la intervención se permitiera para casos de niñas víctimas de violación y mujeres cuyo embarazo ponga en riesgo su vida.

La primera dama nicaragüense y coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo, dijo que el Gobierno del presidente Daniel Ortega está "a favor de la vida".

"Luchamos para defender la vida porque es la esencia de la verdad con la que Dios creó al mundo", señaló Murillo, que ejerce el 50 por ciento del poder en Nicaragua, delegado por Ortega.

El presidente, quien aspira a una polémica reelección en los comicios de noviembre próximo, fue el único de los cinco candidatos a la Presidencia que no recibió a la misión del organismo humanitario internacional.

Representantes de la Iglesia católica nicaragüense también expresaron su rechazo a la petición de Amnistía sobre el aborto terapéutico, al considerar que la vida se debe respetar desde "el primer momento de la concepción".

Los delegados de Amnistía Internacional consideraron, durante su estadía de cinco días en Nicaragua, que la violencia sexual contra las mujeres y niñas es un "gravísimo problema" en este país. Según datos oficiales, en 2010 hubo 3.778 denuncias de delitos sexuales y 39 mujeres y niñas fueron asesinadas en Nicaragua.