El Gobierno de Perú afirmó hoy ante la OEA que 24 policías "fueron torturados y asesinados" el viernes en la región de Bagua y justificó el desalojo de una carretera bloqueada por indígenas para "garantizar el orden y la integridad de la población".

"Está comprobado fehacientemente que los policías fueron torturados y asesinados", dijo la embajadora peruana María Zavala en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA para explicar los sucesos violentos del viernes pasado en ese país, que dejaron 33 muertos.

El Gobierno peruano afirmó en la sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA) que los enfrentamientos en Bagua dejaron 155 heridos, 87 que están en el hospital Santiago Apóstol, 45 en el hospital Gustavo Lanatta, 19 en Jaén y cuatro en la seguridad social".

Las protestas en el departamento de Amazonas, al noreste de Perú, comenzaron en abril cuando el Gobierno del presidente Alan García promulgó una legislación que otorga derechos de explotación minera a compañías extranjeras que, se espera, invertirán miles de millones de dólares en esa región.

La embajadora Zavala dijo que cuando el Gobierno peruano acotó la decisión de intervenir en la zona de Bagua, el 5 de junio, lo hizo "en ejercicio de las facultades constitucionales que le asisten para garantizar el orden y la integridad de la población".

Según la versión oficial la población se encontraba desabastecida de alimentación y servicios públicos esenciales debido a las protestas.

"La intervención del Estado se produce frente a una agresión cuidadosamente preparada que interrumpió la producción y transporte de petróleo, el envío de gas hacia las principales ciudades del país", añadió.

Zavala dijo que el 5 de junio "cuando la Policía Nacional se aprestó a despejar la carretera Fernando Belaúnde en el lugar denominado "Curva del Diablo" fue objeto de ataques planificados y violentos que resultaron en la ejecución de 13 efectivos de la Policía Nacional".

"Asimismo 38 efectivos policiales y un civil fueron tomados como rehenes en la denominada Planta de Bombeo No. 6 del Oleoducto Nor Peruano", dijo. "El sábado 6 se estableció que 10 de estos policías rehenes habían sido cruelmente ejecutados, hallándose rendidos y sin haber en momento alguno disparado sus armas".