Las autoridades ucranianas afirmaron este viernes que están ganando terreno frente a los separatistas prorrusos del este del país, mientras que la OSCE aseguró haber perdido el contacto con otro equipo de observadores retenidos por hombres armados en la zona.
Desde el 26 de mayo la OSCE no tiene contacto con otro equipo de cuatro extranjeros que desaparecieron en la región de Donetsk, donde se están produciendo violentos combates.
El ministro de Defensa Mijailo Koval defendió la ofensiva que está llevando desde hace dos meses, un día después de que sus tropas perdieran a 12 soldados y un helicóptero por ataques de los separatistas.
"Nuestras fuerzas armadas han limpiado completamente de separatistas el sur y una parte del este de la región de Donetsk y el norte de la región de Lugansk", dijo el ministro en una rueda de prensa.
"No permitiremos que esta gangrena se extienda a las regiones vecinas", subrayó. "Seguiremos con nuestra operación antiterrorista (...) mientras no se reanude la vida normal en la región y vuelva la calma para la gente", indicó el ministro.
Más de 200 personas -soldados ucranianos, separatistas y civiles- han muerto en esta operación "antiterrorista" lanzada por el poder ucraniano el 13 de abril para acabar con la insurrección armada prorrusa orquestada, según Kiev, por Moscú.
Ucrania pretende evitar que se repita lo que sucedió en marzo con Crimea, cuando Rusia anexionó este territorio en unas semanas sin que hubiera prácticamente combates.
RUSOS EN LA FRONTERA
Por otro lado, Rusia retiró muchos de sus soldados de la frontera ucraniana, pero siete batallones, que suman miles de hombres, continúan allí, dijo el viernes un funcionario de defensa estadounidense.
El secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, que se encuentra en Singapur para acudir a una conferencia sobre seguridad, definió la retirada de los miles de soldados rusos de la frontera como una señal prometedora, pero dijo que se necesitaba retirar a todos los efectivos posicionados allí anteriormente este año.
Hagel agregó que muchos soldados habían sido retirados.
"La mayoría se ha ido", declaró a periodistas. "Pero siguen siete batallones", agregó, sin dar una cifra del número de efectivos que se habían retirado. "Todavía siguen miles".
LLEGADA DE COMBATIENTES CHECHENOS
El helicóptero Mi-8, que transportaba soldados para dar el relevo a las tropas, fue abatido por un lanza-misiles tierra-aire portátil ruso cerca del bastión prorruso de Slaviansk, según Kiev.
"Estos actos criminales por parte de los enemigos del pueblo ucraniano no quedarán impunes", dijo Petro Poroshenko, que será investido el 7 de junio como presidente tras ganar las elecciones en la primera vuelta el domingo.
La Casa Blanca, por su parte, dijo estar "preocupada" por este ataque ya que prueba que los rebeldes prorrusos tienen "armas sofisticadas".
El secretario de Estado norteamericano John Kerry aseguró que habían llegado al este de Ucrania combatientes de Chechenia, república de mayoría musulmana en el inestable Cáucaso ruso, "entrenados en Rusia".
El "primer ministro" separatista de Donetsk Alexandre Borodai reconoció esta semana la presencia de chechenos que habían venido para "proteger al pueblo ruso". El presidente checheno Ramzan Kadyrov dijo que no había enviado oficialmente militares, pero no excluyó que los chechenos hubieran podido ir por su propia voluntad.