El Gobierno estadounidense aseguró hoy que reconocerá los 1.000 matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en el estado de Utah, pese a la intervención del Tribunal Supremo del país que decidió mantenerlos en suspenso temporal mientras se tramita un recurso de las autoridades estatales.
El secretario de Justicia y fiscal general de EE.UU., Eric Holder, aseguró que el Gobierno otorgará los beneficios federales del matrimonio igualitario que ya se habían casado previamente a la intervención del alto tribunal.
"Confirmo que, a efectos de la ley federal, estos matrimonios se reconocerán como legales y se consideran aptos para todos los beneficios federales competentes en las mismas condiciones que el resto de los matrimonios del mismo sexo", dijo Holder.
"A estas familias no se les debe pedir que soporten la incertidumbre en cuanto a su estatus mientras se desarrolla el litigio", añadió.
El pasado 20 de diciembre, el juez federal Robert Shelby declaró ilegal la ley de Utah que impedía las bodas entre personas del mismo sexo, decisión que apelaron las autoridades de ese estado.
Desde el 20 de diciembre hasta el 6 de enero, día en que el Tribunal Supremo decidió bloquear la celebración de matrimonios igualitario mientras se resuelve el litigio, llegaron a casarse cerca de un millar de parejas en ese estado.
Poco después del veredicto de Shelby, la Fiscalía General de Utah presentó una apelación ante la Corte federal de Apelaciones del Décimo Circuito, localizada en Denver (Colorado).
Además, el pasado 31 de diciembre, el estado remitió una solicitud a la jueza del Supremo Sonia Sotomayor, que se encarga de las peticiones de emergencia en el área geográfica donde se encuentra Utah, en la que pedía poner en suspenso la decisión judicial mientras proseguía el proceso de apelación.
En esa petición, el estado de Utah declaró que cada uno de los matrimonios celebrados desde el 20 de diciembre era "una afrenta a los intereses del estado y sus ciudadanos en lo relativo a poder definir el matrimonio a través de canales democráticos ordinarios".
Las autoridades de Utah quieren seguir aplicando la ley, considerada ilegal por Shelby, que los votantes del estado aprobaron en referéndum en 2004 y que definió el matrimonio como un enlace sólo posible entre un hombre y una mujer.
Argumentan que la decisión del juez federal ponía en peligro también "el rol único" del Tribunal Supremo como árbitro final de la cuestión constitucional, que es profundamente importante", sobre si el matrimonio igualitario es legal.
La intervención del Supremo impide celebrar más matrimonios de personas del mismo sexo en Utah hasta que concluya el proceso de apelación en la Corte de Apelaciones en Denver, que tiene previsto empezar a revisar escritos sobre el caso el próximo 27 de enero.