La vicepresidenta segunda del Gobierno español, Elena Salgado, subrayó hoy la utilidad del fondo de garantía de depósitos de las entidades financieras españolas para hacer frente a eventuales crisis, pero abrió la puerta a ampliar la base gravada, limitada ahora a los depósitos.

Salgado defendió la apuesta europea por una tasa bancaria que evite que haya que rescatar más bancos con dinero de los contribuyentes y elogió el modelo español, porque el fondo es sufragado por el sector de forma proporcional y está disponible para todas las entidades.

Aunque no hay consenso en el G20, los países europeos ya han acordado establecer una tasa bancaria y Salgado garantizó que España no abandonará el fondo de garantía de depósitos, aunque sí podría adaptarlo para que no se calcule solo en base a los depósitos, sino también con otros pasivos, como "las emisiones o los productos interbancarios".