El gobierno francés aprobó hoy el proyecto de ley de la reforma laboral, señalando que es "necesaria" para sacar al país adelante, además de ser el resultado de negociaciones entre empresarios y cinco de los grandes sindicatos del país.

El primer ministro, Jean-Marc Ayrault señaló que este "es el primer acuerdo de esta importancia desde hace 30 años", tras el Consejo de Ministros que aprobó el texto que debe iniciar su tramitación parlamentaria con carácter urgente, desde comienzos de abril.

"Nuestro país no puede salir adelante si no soluciona su déficit y su deuda, pero tampoco si no hace grandes reformas, reformas que son útiles para el empleo, que son útiles para el crecimiento, que son útiles para la igualdad social", indicó el primer ministro.

Ayer se produjeron diversas manifestaciones contra el proyecto de ley. Al respecto, el primer ministro dijo que "es una oportunidad para el empleo" que ofrece "seguridad" a los trabajadores.

Frente a las críticas recibidas por la Confederación General del Trabajo (CGT) por Fuerza Obrera (FO) y por sectores políticos a la izquierda del Partido Socialista (PS), hizo hincapié en que el texto prevé dispositivos con los que "anticipar" un deterioro en la situación de las empresas para "evitar que la única solución sean los planes sociales".

El proyecto de reforma establece una serie de medidas de flexibilización del mercado laboral, en particular con los "acuerdos de mantenimiento del empleo" para cuando se dan "graves dificultades coyunturales" que permitirán a las empresas negociar a la baja el tiempo de trabajo y/o los salarios.

Esos acuerdos, que tendrán una duración máxima de dos años, habrán de ser validados por una mayoría de los representantes sindicales de las compañías concernidas y los trabajadores que los rechacen se expondrán a un despido económico.