El Gobierno francés confirmó hoy que el fabricante automovilístico Renault fue objeto de un caso de espionaje que consideró "grave" y que al parecer afecta al desarrollo de su vehículo eléctrico.

El ministro de Industria, Éric Besson, declaró a la radio "RTL" que en este caso se trata de una "guerra económica" y agregó: "sí, desgraciadamente, el asunto parece grave".

Según revela el diario "Le Figaro", tres altos ejecutivos del grupo automovilístico, miembros del comité de dirección de Renault, son sospechosos de haber filtrado datos estratégicos sobre el "proyecto estrella" del grupo, el vehículo eléctrico.

Besson añadió que ha pedido a los servicios de su ministerio que refuercen las obligaciones que tienen que seguir las empresas para garantizar la protección del secreto industrial en las compañías que reciben dinero público.

El ministro indicó que se han aplicado medidas "de precaución" en relación con los tres altos directivos de Renault, pero no dio más detalles, solo que "parece que se trata del vehículo eléctrico, pero no quiero añadir más".

Mientras tanto, el grupo automovilístico mantiene el silencio en relación con este escándalo.

Renault tiene previsto comenzar este año la comercialización de dos vehículos eléctricos, la berlina Fluence y la furgoneta Kangoo; más adelante venderá el Twizy y Zoe, cuya salida al mercado se hará entre la segunda mitad de 2011 y principios de 2012.

Según "Le Figaro", la revelación del espionaje sufrido por Renault equivale a un auténtico "terremoto" en la multinacional y asegura que uno de los tres autores de la filtración de datos es uno de los responsables de proyectos de la empresa.

El diario afirma que los tres sospechosos actuaron de manera coordinada y que el asunto tiene que ver con la venta de datos confidenciales de Renault en relación o bien con el desarrollo de la batería eléctrica o sobre el propio motor de los vehículos que sacará al mercado.