El gobierno socialista de François Hollande legalizará los matrimonios entre personas del mismo sexo el año próximo, anunció hoy la ministra de Familia Dominique Bertinotti, reflejando un cambio en las actitudes públicas de una nación de mayoría católica.
Hollande, que tomo posesión el mes pasado, prometió que legalizaría las bodas y las adopciones de parejas gays, pero no dio ningún plazo.
Desde que los socialistas obtuvieron la mayoría absoluta en las elecciones parlamentarias de hace dos semanas, el partido conservador UMP, que bajo el liderazgo del ex Presidente Nicolas Sarkozy se había opuesto a la medida, poco puede hacer para detenerla.
"En un año, la gente del mismo sexo podrá casarse y adoptar niños", dijo Bertinotti al diario Le Parisien. "Tendrán los mismos derechos y obligaciones que cualquier otra pareja casada", manifestó.
Una ley que garantice el estatus de matrimonio para las parejas gays situaría a Francia, que actualmente sólo autoriza uniones civiles del mismo sexo, en la línea de otros países de la Unión Europea como Dinamarca, Portugal, España, Bélgica, Holanda y Suecia.
También supondría un profundo cambio en la sociedad francesa, donde más de dos tercios se declaran católicos, según una encuesta de Ifop de 2010. Sin embargo, cada vez menos gente se adhiere a las estrictas normas de la Iglesia sobre asuntos sexuales o respalda la condena de la homosexualidad por parte del Vaticano.
Aún así, los defensores de los derechos de los gays aseguran que la homosexualidad sigue siendo tabú en muchas áreas de la vida pública. Los medios suelen utilizar eufemismos como "soltero a largo plazo" para referirse a alguien que es gay.
"Aún hoy sigue siendo muy difícil llamar a las cosas por su nombre, como si declararse homosexual en público fuera violar un tabú", escribió un grupo de profesionales homosexuales en una columna de opinión del diario Le Monde la víspera del Desfile del Orgullo Gay en París.
Una ley del matrimonio homosexual impulsaría las credenciales de Hollande como agente del cambio social en línea con el último presidente socialista del país, François Mitterrand, que designó a la primera ministra y revocó la pena de muerte.
Hollande tuvo cuatro hijos sin casarse con su ex pareja, su compañera socialista Ségolène Royal. Aún así, hay cierta oposición por parte de los conservadores y católicos practicantes.
RECHAZA
"Estamos convencidos de que el desarrollo de los jóvenes requiere la presencia de un padre y una madre", dijo Thierry Vidor, líder del grupo Familias de Francia, que representa a 70.000 familias y pugna por los derechos de las familias tradicionales.
"Tomaremos partido para intentar demostrar que esta medida es en último término peligrosa para la sociedad", declaró.