El nuevo gobierno de Francia anunció un aumento del 2% en el salario mínimo este martes, mientras busca suavizar el golpe de unas alzas tributarias y el congelamiento del gasto en la atribulada economía.
El presidente Francois Hollande presiona para que Europa cambie su foco de la austeridad hacia medidas que impulsen el crecimiento y depende fuertemente a nivel nacional de los planes de alzas impositivas para disminuir el déficit público a una meta de 4,5% del Producto Interno Bruto para fines del 2012.
Su gobierno socialista, que lleva cinco semanas en el poder, recortará 1.000 millones de euros (US$1.250 millones) del gasto planeado este año, además de que aplicará un congelamiento de tres años sobre el gasto que parte en el 2013, dijo el ministro de Presupuesto Jerome Cahuzac.
Ansioso por demostrar que las medidas de austeridad no son su única preocupación, el gobierno aceptó elevar el salario mínimo en un 2% a partir del 1 de julio, pese a que el aumento estaba lejos de complacer las demandas de los sindicatos.
El primer ministro Jean-Marc Ayrault dijo a ministros del gabinete el lunes que el gasto general en los ministerios y departamentos gubernamentales regionales se congelará desde el 2013 por tres años, excluyendo los costos de la deuda y las pensiones.
Cahuzac dijo que el congelamiento de este año afectaría a todos los departamentos excepto los ministerios de educación, justicia e interior. "1.000 millones de euros que deberían ser gastados entre hoy y fines de año serán congelados", dijo al canal de televisión BFM.
El gasto estatal de Francia para el 2012 totalizaría cerca de 360.000 millones de euros, pero el gobierno anunciará revisiones a su ley de presupuesto el próximo miércoles para reflejar el menor crecimiento que afecta a sus ingresos.
Los ajustes se realizarán después de un reporte de la oficina nacional de auditoría sobre las finanzas públicas, en el que se espera que se vea a un país luchando por cumplir una meta de déficit de un 3% del PIB para el 2013.
Hollande pretende compensar los 60.000 empleos del sector público que prometió crear en cinco años con no reemplazar a todos los trabajadores que se jubilen.
El gobierno ha descartado un amplio programa de austeridad como los de Italia y España sobre la base de que golpearía con más fuerza a la clase media y pesaría fuertemente sobre el gasto de los consumidores, el tradicional motor de la economía francesa.
La confianza del consumidor se mantuvo estable en junio en comparación con mayo, y según datos del instituto nacional de estadísticas Insee publicados el martes, se detuvo la recuperación que había comenzado en diciembre. La medida de confianza sigue muy por debajo de su promedio a largo plazo.
Unos 1,6 millones de trabajadores, casi el 10% de los empleados a tiempo completo y el 25% de los empleados a jornada parcial, ganan el salario mínimo, que será elevado a 9,4 euros por hora.
El gobierno busca un delicado equilibrio entre fomentar el poder de compra de los trabajadores sin desalentar a las empresas a contratar personal, en momentos en que el desempleo se encuentra en un máximo de 13 años.