Grecia debe contar con más tiempo para cumplir con los objetivos de déficit establecidos por los prestamistas internacionales siempre y cuando este país sea sincero acerca de las reformas a su economía, dijo este domingo el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault.

Grecia está prácticamente en bancarrota y necesita la bendición de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional sobre una serie de recortes de gastos por casi 12.000 millones de euros (unos US$16.000 millones), a fin de activar su próximo tramo de ayuda para evitar un incumplimiento de pagos y una potencial salida de la zona euro.

"La respuesta no puede ser una salida griega de la zona euro", dijo Ayrault en una entrevista con el sitio de noticias en internet Mediapart. "Nosotros podemos ofrecer más tiempo (...) con la condición de que Grecia sea sincero en sus compromisos con las reformas, especialmente con las reformas
fiscales", agregó.

La dura medicina fiscal prescrita por los prestamistas internacionales a Grecia ha provocado la ira popular en ese país, algo que forma parte de una reacción más amplia - encabezada por el presidente francés, Francois Hollande - contra las medidas de austeridad en toda Europa lideradas por Alemania.

Hasta el momento, las autoridades griegas han dicho que se ha alcanzado 9.500 millones de euros de un paquete de recortes de gastos por 11.500 millones de euros. Eso incluye 6.500 millones de euros en recortes a los salarios, pensiones y pagos de beneficios, y otro 1.100 millones de euros en ahorros previstos por un aumento en la edad de jubilación.

En respuesta a las dudas sobre la capacidad de Hollande para cumplir su programa pro-crecimiento y anti-austeridad, Ayrault dijo a Mediapart que el planeado paquete de estímulo de la Unión Europea por 120.000 millones de euros (US$155.870 millones) no era lo suficientemente grande, por lo que esto debe ser sólo un primer paso.

"Tenemos que ir más allá (...) 120.000 millones de euros no es suficiente", dijo. "Pero es mejor que nada", agregó.

Un sondeo publicado el domingo mostró que el nivel de aprobación de Hollande cayó a su nivel más bajo desde que asumió el cargo en mayo, lo que refleja la impaciencia que existe en Francia por su aparente incapacidad para combatir la crisis y detener los recortes de empleos.

Ayrault dijo también que el Banco Central Europeo (BCE) podría hacer más para ayudar al crecimiento. 

"Nos gustaría que (el BCE) vaya más allá (...) en su papel de un verdadero banco central", dijo.