Grecia necesita el siguiente tramo del programa de ayuda internacional para el día 15 de septiembre y está dispuesta a llevar a cabo nuevas medidas de austeridad y privatizaciones para asegurar ese rescate, dijo el martes su ministro de Finanzas.

Los ministros de Finanzas de la zona euro tuvieron el lunes un encuentro de urgencia en Bruselas en el que prometieron abaratar los préstamos, dar mayores plazos y establecer un fondo de rescate más flexible para ayudar a Grecia y otros deudores de la Unión Europea, además de detener el contagio financiero.

Pero al mismo tiempo, reconocieron por primera vez que se podría recurrir a una forma de cesación de pagos para reducir la tremenda carga de deuda de Grecia y asegurar la recuperación económica.

El gobierno heleno se comprometió con las medidas de austeridad necesarias para la entrega de fondos.

Sin embargo, Evangelos Venizelos dijo que los mercados financieros estaban usando a Grecia como excusa para atacar al euro y que haga lo que haga Atenas, los mercados nunca se darán por satisfechos.

"Todo el mundo sabe que Grecia no es el problema. Grecia es una excusa para un ataque contra el euro", dijo Venizelos en una rueda de prensa tras su regreso de la reunión de ministros de Finanzas del Eurogrupo en Bruselas.

 Atenas necesita un segundo paquete de rescate para financiarse hasta mediados del 2014, ya que enfrenta una brecha de financiamiento bajo el actual acuerdo con la UE y el FMI suscrito el año pasado, y es altamente improbable que vuelva a los mercados de bonos en el 2012, como preveía inicialmente.

Venizelos sostuvo que Grecia debe permanecer unida en torno a su plan de austeridad para contar con una posición negociadora más fuerte en el escenario financiero mundial.

"Debemos implementar el programa en un clima de unidad nacional y cohesión social, es un prerrequisito para una posición de negociación más fuerte", aseguró Venizelos, destacando sus llamados al consenso político.

Las esperanzas de recibir más financiamiento se mantenían vivas después de que el gobierno socialista lograra la aprobación en el Parlamento de su plan de recortes presupuestarios, alzas de impuestos, privatizaciones y reformas estructurales para reducir el déficit y volver más competitiva a la economía, en medio de una fuerte oposición política.

"La invitación a la oposición a negociar juntos el nuevo programa y sus detalles sigue siendo válida. Cualquier consenso en Grecia, incluso el más pequeño, fortalece nuestra posición en el exterior", indicó Venizelos.