El nuevo gobierno griego inició ayer en París una gira europea para conseguir el respaldo necesario para aliviar el peso de su deuda, para el cual usó un discurso más conciliador destinado a tranquilizar a sus acreedores. Así, el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, se reunió con su homólogo francés, Michel Sapin, quien señaló que Atenas "no tiene un futuro fuera de la zona euro". También reiteró que no se anulará la deuda de Grecia, pero sostuvo que se puede retrasar y reducir su peso. Antes de la reunió, Sapin, afirmó que su país va a actuar como "puente" para facilitar el diálogo entre Grecia y el resto de la Unión Europea.

Por su parte, Varoufakis señaló que quiere un acuerdo global sobre la situación financiera de Grecia antes de que termine mayo. "Hasta entonces no vamos a pedir nuevos créditos", sostuvo. Además manifestó su intención de visitar próximamente Berlín y Frankfurt, que es la sede del Banco Central Europeo (BCE), y otras ciudades europeas, como Madrid, para explicar la postura de Atenas sobre la devolución de la deuda.

Como parte de su gira, el ministro griego visitará hoy Londres, donde se reunirá con su colega británico George Osborne. Y mañana viajará hacia Roma.

En tanto, la agencia DPA señaló ayer el primer ministro griego, Alexis Tsipras habría conversado por teléfono el sábado con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker y acordaron una reunión para el miércoles, día en el que, también, se reunirá con el Presidente francés, François Hollande.

Las tensiones entre Grecia y la Unión Europea aumentaron la semana pasada tras los comentarios de Tsipras indicando que su gobierno seguiría defendiendo la línea dura y la postura contra la austeridad.