El gobierno griego ordenó este lunes a sus operaciones del sector público que transfieran fondos ociosos al banco central en un esfuerzo para cumplir sus obligaciones antes del vencimiento de pagos al FMI el próximo mes.
Grecia ha estado recurriendo a las reservas de fondos de pensiones y otros dineros públicos en transacciones temporales.
La más reciente demanda muestra el grado extremo de las restricciones financieras que enfrenta el primer ministro griego Alexis Tsipras mientras intenta convencer a los acreedores extranjeros de que extiendan nueva asistencia.
La medida del lunes excluye a los fondos de pensión y a algunas firmas estatales. Las reservas de efectivo que requieren estas entidades para sus necesidades de pago inmediatas también quedaron excluidas de la regulación.
"Esta es una medida preventiva para asegurar que podrán garantizarse tanta liquidez como sea posible", dijo a Reuters un analista con sede en Atenas.
"Todavía hay miles de millones de euros en reservas en efectivo estacionadas en bancos por entidades estatales".
En esas transacciones, una entidad gubernamental aparta dinero que no necesita inmediatamente, colocándolo en el Banco de Grecia.
El dinero se presta a la agencia de deuda de 1 a 15 días, contra colateral, y se repaga con interés al vencimiento.
Responsables del ministerio de finanzas griego dijeron a Reuters la semana pasada que Grecia necesitaría acudir a todas las reservas de fondos restantes a lo largo de todo su sector público - un total de 2.000 millones de euros (US$2.150 millones de dólares) para pagar salarios públicos y pensiones a fin de mes. El ministerio de finanzas lo negó.
Grecia debe pagar al Fondo Monetario Internacional casi 1.000 millones de euros el mes próximo. El país ha afirmado que quiere honrar sus obligaciones de deuda, pero los funcionarios dijeron que pagar los salarios y pensiones del estado será prioritario.
Tsipras tiene esperanzas de poder convencer a los acreedores de Grecia para que destraben los fondos que requiere Atenas. Pero para evitar un default, o "Grexit" -la temida salida griega del euro- necesita presentar planes detallados de reforma económica.
Los acreedores internacionales hasta ahora consideraron que las ofertas de Grecia eran inadecuadas.