Por segunda vez en menos de una semana, el gobierno de Honduras ha decidido aplazar de nuevo la visita de una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) por razones de seguridad, ante las últimas protestas de seguidores del depuesto Presidente Manuel Zelaya, que el jueves continuaron sus marchas en la capital Tegucigalpa y han denunciado abusos contra los manifestantes.

Mientras, en Washington, el secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, se reunió por primera vez con una delegación del gobierno de facto de Honduras, con el que ha guardado las distancias desde que Roberto Micheletti llegó al poder tras el golpe de Estado del 28 de junio. Insulza recibió en su residencia privada a la delegación, compuesta por algunos de quienes representaron al nuevo Gobierno en los diálogos que concluyeron en la redacción del Acuerdo de San José, el pasado 22 de julio.

"Tuvimos una conversación muy larga, muy interesante y creo que muy constructiva", dijo el titular de la OEA en un comunicado difundido tras el encuentro. El gobierno de Micheletti, designado por el Parlamento el 28 de junio, día en que los militares derrocaron a Zelaya, ya aplazó la llegada, el pasado martes, de la delegación de la OEA, por estar incluida en la misma Insulza, a quien finalmente aceptó como observador.

Según diario El País, Insulza ha mostrado su confianza en que el diálogo que ha mantenido con la delegación hondureña "redunde en beneficio de la misión" que el organismo enviará "próximamente" al país.