El Ministerio del Exterior de Irán comunicó hoy que el gobierno reachazó enfáticamente la decisión estadounidense de no dar visado al diplomático designado como próximo embajador iraní ante la Organización de las Naciones Unidas, Hamid Aboutalebi, y anunció que recurrirá el veto ante el organismo multilateral.

"No tenemos sustituto para el señor Aboutalebi y recurriremos el asunto por las vías legales existentes en la ONU", comunicó el ministro de la cartera, Abbas Araghchi.

El viernes, el gobierno de Barack Obama informó que no otorgaría a Irán la visa para Aboutalebi, debido a sus supuestos vínculos con la toma de la embajada estadounidense en 1979, en donde se mantuvo secuestradas a 52 personas durante 444 días en Teherán. Respecto a estas acusaciones, el diplomático en cuestión insiste en que su participación con el grupo ocupante de la embajada, Estudiantes Musulmanes Seguidores de la Línea del Imán, se limitó a traducción y negociación.

Aunque las autoridades estadounidenses trataron de disuadir a Irán para que retirara el nombre de Aboutalebi de la designación, el anuncio del viernes fue un reconocimiento de que esos esfuerzos no rindieron frutos, según aseguró la agencia Ansa.

De acuerdo con el diario español El País, el nombramiento de Aboutalebi generó una gran indignación en el Congreso, quienes vieron la designación como una señal de provocación y un síntoma de que el país asiático sigue sin ser un socio fiable, pese a la confianza que la Casa Blanca ha otorgado al nuevo presidente iraní, Hasan Rohaní. En plenas negociaciones sobre el programa nuclear de Irán, el Gobierno norteamericano está convencido de que la medida no interferirá en el proceso.

La legislación de Estados Unidos que rige desde 1947, establece que el país está obligado a dar visados a los representantes de los Estados miembros de Naciones Unidas. Esta medida fue tomada para garantizar y justificar que la sede principal de la organización internacional estuviera emplazada en Nueva York.

El Departamento de Estado ha reiterado en los últimos días que tiene competencia para denegar los visados a aquellos que supongan una amenaza para la seguridad nacional. De acuedo al portavoz de la presidencia, Jay Carney, Obama podría firmar la ley que le ha remitido el Congreso incorporando una declaración cuestionando la constitucionalidad de la norma.

Los antecedentes indican que es muy poco probable que la ONU vaya a aceptar la medida de EE UU. En 1988, Washington se negó a otorgarle un visado al líder palestino Yaser Arafat para que pudiera intervenir en la Asamblea General. En respuesta, la organización trasladó la reunión anual a Ginebra y votó una resolución condenando la decisión estadounidense, que sólo contó con los votos en contra de EE UU e Israel y la abstención de Reino Unido.